ESCENA I
(María Dolores, en la cocina, se encuentra enfurecida tras quemarse la comida)
MARÍA DOLORES. - ¡Oh! Dios santo, ya se me ha quemado la comida otra vez. Tendré que comprarla precocinada, como hago siempre.
Entra el jardinero por la puerta que conduce al jardín
JARDINERO. - ¡Pero que escandalo es ese! Se te oye más a ti que al cortacésped.
MARÍA DOLORES. - Que se me ha quemado la comida otra vez, eso es lo que pasa.
JARDINERO. - Pues cómprala ya hecha, si el señor no se entera. Además, yo te puedo decir donde guarda el dinero.
MARÍA DOLORES. - A saber qué haces tú en la casa del señor cuando él no está, porque para saber esas cosas...
JARDINERO. - Mira quien habla, la que se sienta en su sillón de masajes.
MARÍA DOLORES. - Eso es por salud, no lo confundas.
María dolores abre el horno
JARDINERO. - ¿Pero qué olor más asqueroso es ese?
MARÍA DOLORE. - ¡El olor que tienen mis pedos! Pues cual va a ser, el del asado que he hecho.
JARDINERO. - Anda, tíralo que se me van a morir todas las flores solo de oler eso.
María dolores tira el pollo a la basura y sale a tirarlo a fuera
SEGUNDA ESCENA
JARDINERO. - No sé cómo puede tenerla aun el señor Picholo, si es que no sabe hacer nada. Algún día como se me ponga chula se lo cuento al señor y la hecha ipso facto.
El jardinero se dirige a la nevera y se le cae varias cosas
JARDINERO. - Si cuando digo que no sabe hacer nada es que no sabe hacer nada, que mujer más inútil. Pero fíjate como tiene la nevera de desorganizada. Ya puedo fregar todo esto antes de que venga ella porque sino me manda a la Conchinchina de una ostia.
(Llega María dolores)
MARÍA DOLORES. – Pero ¡qué es esto! Me voy un momento y la que arma. ¡Eres un inútil!
JARDINERO. - ¿Inútil yo? Pero si la que no sabe ordenador una simple nevera eres tú.
MARÍA DOLORES. - ¿Me estas llamando inútil tú a mí? Repíteme eso.
JARDINERO. - ¡Inútil!
MARÍA DOLORES. - Será gilipo... ¡Pero tú sabes que has hecho!
JARDINERO. - Si, llamarte inútil.
MARÍA DOLORES. - No, memo. Mira el suelo
JARDINERO. - Si, ya lo sé. He tirado un montón de trastos.
MARÍA DOLORES. - ¿Pero tú has visto que has tirado? Míralo bien, por favor.
JARDINERO. - ¡Ay dios mío!
MARÍA DOLORES. - Ves (suspira). Ahora el señor nos va a sacar la zapatilla y nos va a dar de ostias.
JARDINERO. - No pasa nada es un simplemente, diam..
María dolores le interrumpe
MARÍA DOLORES. - No, no es simplemente eso. Tu no sabes como se pone el señor cuando pasa esto, tu nunca lo has vivido.
JARDINERO. - ¿Pepepero tan graveve es?
María Dolores se echa a llorar.
MARÍA DOLORES. - ¡Ay Jesusito de mi vida!, ¡Ay!, por favor acuérdate de mi y haz que el señor Picholo despida a este insensible.
JARDINERO. - Tranquilízate, iré a comprar otro.
MARÍA DOLORES. - ¿¡Pero tú te crees que es tan fácil conseguir uno de esos!? Te vas a tener que desplazar hasta la ciudad y no tienes coche.
JARDINERO. - Iré andando
MARÍA DOLORES. - Andando dices... No lloro porque no me quedan más lágrimas y tengo que comportarme como una señorita, pero tengo unas ganas de darte una paliza ahora mismo...
Alguien abre la puerta de la entrada
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PICHOLO ¿Dónde está?
HumorTodo parecía tranquilo, un jardinero y una cocinera. Sin emabrgo, algo sucederá que le irritará tanto al señor Picholo que en un acto de violencia llamará a la policía, desatando lo peor.