Piece of Me (I wish i didn' t need)

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Sus labios me capturaron con agresividad, mientras sus manos tomaban, apretaban e inmovilizaban mis muslos arrastrándome con fuerza hasta una pared; hábiles labios que solo deseaban un poco de amor pero mezclados con lujuria, con el deseo de conocer los bordes de la locura con solo deleitarse con un cuerpo. Pasé la punta de mis dedos por sus brazos desnudos y suspiré al sentir como su lengua caliente se deslizaba sobre mi cuello – No sabes cuánto te he deseado. – Gruñó mordiendo mi cuello, apreté mis uñas contra su espalda al sentir como sus manos volvían a juguetear. – Hazme sentir lo que quiero. Lo necesito ahora – Rugió volviendo a lamer mi cuello, subiendo hasta mis labios y tomándolos como quien come una barra de un chocolate delicioso. 
-Llévame a la cama y hazme tuya – Pronuncié deleitada por sus ojos febriles que ardían con tanta pasión. Arrastrándonos cubiertas por el deseo y la pasión caímos como dos animales que buscaban pelear por quien dominaba a quién. Nuestras lenguas batallando en una lucha incansable y sus manos pasando por todo mi cuerpo, cuales caricias condenadamente deliciosas, causaban estragos en mí. 
-Te amo, te amo tanto – Pronunció mientras me embestía con fuerza, su brutalidad podía ser algo que no quisiera de ella, pero era tan dulce que aunque doliera sus besos noqueadores me dolían más que todo esto. Y lágrimas recorrían mis mejillas, con el solo hecho de pensar verdaderamente lo que estaba pasando dentro de mí. Desvié la mirada, sus ojos oscuros y vivos no podían hacer contacto con los míos.

Al pasar de la noche, pude volver a abrir mis ojos, el sol pincelaba mi rostro con su cálido aliento tibio, durmiendo boca abajo, suspiré largamente, un cuerpo estaba apoderándose del mío todavía, sus piernas enredadas en mis caderas y uno de sus brazos pasando sobre mi espalda. Volteé la vista, le miré, descansaba pacíficamente. No podía creer que fuera una máquina sexual, si podía aparentar tan bien ser una chica cautivadora y dulce. Pasé la yema de mis dedos por su rostro, y me separé con lentitud de ella, intentando no despertarla. Solo queriendo escapar de allí. Correr escaleras abajo y limpiar las últimas lágrimas que volvía a derramar en el día de hoy por ella. ¿Cómo podía decirle que ni siquiera la amaba? ¿Qué solo era un juego? ¿Qué me gustaba tener solo sexo con ella? ¿Qué jamás llegaría a sentir algo por ella?

Y también…

¿Cómo se lo explicaba a ella? Sus brazos me rodearon y una sonrisa inocente bordeó sus labios antes de pegarse suavemente contra los míos. Sus dulces ojos me miraron con ternura. - ¿Por qué eres tan tímida conmigo? – Preguntaba con una sonrisa siempre que me miraba. ¿Cómo podía decirle que no era timidez? Sino vergüenza… ella también decía amarme pero ¿Cómo iba a decirle que la amaba? Si disfrutaba también de otro cuerpo además del suyo. Solo eso quería, no había nada más que deseara de ella. - ¡Te puedes poner tan linda cuando te sonrojas! – Y volvía a besar mis mejillas con dulzura, bajaba sus labios deslizándolos con dulzura hasta los míos y sus manos se movían nerviosamente, hasta que podían suavemente hacerme disfrutar de su jugueteo. Una niña que solo disfrutaba amando; su acción sexual era como el toque de ángeles en mi cama. Sus manos deslizándose ávidamente, pero sin dejar de perder la magia. – Mi hermosa princesa, escucha mi latido. ¿Quieres hacerlo esta noche? – Jamás vacilaba, solo me tomaba presa de sorpresas y luego sus dedos acariciaban todo mi cuerpo. Me hacía suspirar, jadear, gemir su nombre y pedir por más. Pero no era la única que podía hacer aquello, jamás podría ser la única. – Te amo bebé, te amo y quiero que seas mía siempre. – Y así era como evitaba mirarlas, porque siempre incluían esas palabras a la hora de tener sexo. 

Jamás supe cómo comenzó todo esto. Como fui capaz de tomar dos vidas humanas en mis manos y tenerlas a las dos incapaces de algo más que servir como mis juguetes sexuales sin que ellas lo sepan, son lastimadas cada vez más y la herida se volverá tan profunda que dolerá. Que no dejará a ninguna de las dos vivas. – Suspiré y me pasé una mano por el cabello, mientras bebía otra taza de café para mantenerme despierta. Solo para eso, y para continuar llorando aunque ya mis lágrimas no corrieran por mis mejillas, no, mi corazón era el que lloraba, el que rogaba que fuera más humana con ellas, que me detuviera y les contara la verdad. Que simplemente las librara pero… ¿soy tan egoísta? Sí, soy demasiado egoísta y las quiero para mí, no las amo, solo las deseo. 
Kwon Yuri, Im Yoona, solo mis deseos sexuales.

Piece of Me (I wish i didn' t need)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora