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—Buenos días Flowey— Susurró el castaño tayandose un ojo viendo su gato color gris en sus piernas.

El minino se acerca a su dueño y se acurrucó en su pecho sintiendo los débiles latidos del corazón de este. Así era el corazón del moreno, sus latidos eran débiles que apenas podían darle vida y si se aceleraba no traía nada bueno. Prefería latidos débiles con limitaciones en su vida que llevar cosas que podían perjudicarle y llevarlo a un paro, desmayo, coma o inclusive la muerte. Padecía Cardiopatía desde que nació, pero aun así intentaba llevar una vida normal tomando pastillas cada día y no hacer cosas tan explosivas como películas de miedo porque el era muy asustadizo, mucho esfuerzo físico, sustos grandes, Emociones fuertes, cosas así.

Se levantó de su cama con el gato siguiéndolo detrás, se adentro a su baño para asearse la cara, sus dientes y peinarse. Cuando termino de hacer lo dicho se fue a su habitación donde comenzó a cambiarse con un suéter azul de cuello amarillo, una bufanda azul marino, pantalones grises, unas orejeras color lila y sus tenis blancos. Se agacho y se sentó en el suelo donde su querida mascota se acerco a sus piernas para acurrucarse en estas mismas.

El Oji-Azul comenzó a acariciar las orejas de su minino, sonreía levemente. Su fiel mascota siempre a su lado cuando necesitaba algo siempre estaba ahí con un maullido le recordaba que era hora de su medicina, que olvidaba algo importante o inclusive una que otra vez a sido como su conciencia que con sus expresiones le a dicho que no hacer para que su corazón no sufriera. El de pelaje gris se separó de sus piernas y se acerco al mueble donde reposaban varias cosas del castaño, aruño un poco el mueble.

Freddy se acercó y al ver lo que quería su felino sonrió para acariciarle sus orejas a lo que respondió con un ronroneo —Gracias por recordarme— Tomo la cadena de de plata con un dije de corazón rojo y se lo coloco en su cuello. Su abuelo se lo dio antes de irse al otro lado del mundo en España. Su gato dio otro maullido —Oh, claro las pastillas— Tomo el bote de estas misma y fue hacia la cocina a por un vaso de agua. Sus padres no estaban en casa como era de costumbre, nunca estaban ya que se mataban trabajando para que su hijo tuviera sus pastillas y por si algo pasara tener dinero en una emergencia.

Si claro, “Trabajar”. Si Freddy tan solo supiera que la excusa que ellos le tienen es esa, pero era mejor que no lo supiera, porque sino pasaría algo malo.

Con una sonrisa saco un vaso y llenó este mismo con agua del grifo. Abrió su bote de pastillas, tomó una para metérsela en la boca y tragarla junto con un trago de agua. Al terminar dejo el agua en el lavadero, su gato de acurrucó en su pierna. Sonrió más, para sacar un cereal del estante con un bol, a Freddy le gustaba el cereal sin leche y sin azúcar claro. Sirvió un poco en este mismo en el bol, y lo dejo en la al mesa. Antes de sentarse le sirvió comida a su querido Flowey, para que ambos comieran el desayuno juntos.

Tomo el bol sentándose en el suelo sin antes tomar una cuchara para comer junto a él, era su única compañía en su casa. Alguien que lo cuidaba las veinticuatro horas del día los siete días de la semana, su corazón seguía tranquilo como siempre veía el techo como si fuera lo más interesante. Terminó de comer, lavo su plato y tomó jugo de naranja natural -que el había preparado-, fue a su habitación por su bolsa con sus cosas importantes. Macetas, una pala, abono, una regadera, sus pastillas, su teléfono, lazos... Muchas cosas que eran necesarias para el y sus queridas flores.

Freddy en el parque tenia una cama de flores doradas, el doctor había dicho que tenia que tener un pasatiempo tranquilo. Ese era sus flores doradas o también conocidas como botones de oro flores simples para muchos pero para él tenían una una belleza inigualable. Cada día sin falta estaba ahí, cuidando las flores. Ya sea en la mañana o en la tarde.

Sin mas rodeos tomó aquella bolsa que era algo pesada pero aun así podía soportarle. Su querido felino en su boca tenia su correa. Sonrió para ponérsela, ambos salieron del cuarto. El cuarto de Freddy estaba en la primera -y única- planta de su hogar. Tomo sus llaves salio de su casa sintiendo la brisa helada del ambiente. Flowey comenzó a caminar siendo seguido por el de ojos zafiro, el viaje fue tranquilo nada sorpresivo que le haga daño al corazón. Al llegar al parque Freddy le quito la correa a su gato, se comenzó a encaminar más rápido este siempre lo hacia para llegar primero a la cama de flores y ver si no había nada que podría afectar a su dueño.

El moreno se encaminó observando las hojas naranjas que caían de los arboles, todo era bello a su perfectiva. Una cayó en su cabello, río levemente para tomarla y dejarla caer. Una brisa movió sus cabellos cortos que llegaban a su nuca, vio pétalos de un diente de león ser llevados por esta misma. Su corazón latía tranquilo con cierta felicidad.

Pero una mano en su hombro provocó que se estremeciera de repente y este latiera con fuerza, era muy asustadizo tenia miedo de que fuera alguien que quisiera hacerle daño. Busco en su bolsa la pala de mano que tenia para poder pegarle a aquella persona y salir corriendo aunque luego le costara caro, abrió sus ojos al no encontrarla en ningún lugar. Su corazón latió mas fuerte, su vista se nubló, cayo desmayado al suelo.

Lo ultimo que vio fue a su querido gato ponerse a la defensiva con alguien mientras se ponía en frente suyo.

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Llamé al gato Flowey porque si y para tener una indirecta, ahr.

Me gusta escribir esto, me pongo muy nostálgica y eso me agrada.

PD: Me muero, acabo de recibir deportes. Si, vengo del instituto ah :'v

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⏰ Última actualización: Jan 22, 2018 ⏰

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