The power of the crown

Somos hermanos, no enemigos

El gran salón está decorado con velas y luces brillantes, hermosas telas colgaban del techo creando así un ambiente pasivo y lleno de delicadeza, en medio del salón se encontraban bailando asesores políticos, damas, y algunos miembros de mi familia al ritmo de la música alegre que inundaba el salón, la fiesta de celebración por un año más de compromiso entre mi prima y su leal esposo era un motivo de celebración el cual disfrutábamos fervientemente.

Las risas, vestidos elegantes y medievales, miradas, abrazos y felicidad pura era lo que se respiraba.

Desvíe mi mirada hacia la mesa de alimentos que cabe mencionar era enorme, y ahí encontré a una de las personas que más amaba, mi mejor amigo y compañero de aventuras, mi hermano Anthony, una sonrisa se dibujó en mi rostro al verlo tan tranquilamente comiendo un bocadillo de la mesa, vestía su ropa de fiesta, negra con decoraciones doradas en el pecho, y de lado su espada brillante, me acerco a él con cautela tratando de que no me vea.

-para que lo sepas Amanda, he sido entrenado para saber cuando alguien quiere acercarse a mi sigilosamente- dice mi hermano mientras se mete un trozo de aquel bocadillo a su boca observando pasivamente cómo bailan las personas a nuestro alrededor- además, no eres buena ocultándote 

-Nunca puedo asustarte, eso es deprimente-digo fingiendo tristeza

-sabes qué es deprimente?, que no hemos bailado en toda la velada- dice mientras sacude sus manos quitando migajas de su bocadillo que a desaparecido mágicamente- me concede este baile señorita?- y me extiende la mano haciendo una reverencia

-encantada- digo mientras tomo su mano y hago una reverencia

Soltamos unas risitas mientras nos dirigimos a la pista y comenzamos a bailar al ritmo de la alegre música, al bailar observó las miradas de algunos alrededor sus rostros reflejan asombro y alegría

-Sabes por qué todos se nos quedan viendo de esa forma ?-digo mientras bailo con mi hermano

-Debe ser por lo linda que te vez con ese vestido, aunque, pensándolo bien, tal vez debe ser por lo apuesto que soy- dice con una mirada como si lo estuviera pensando

Mi hermano y yo siempre hemos tenido una magnífica relación, es rara la ocasión en la que peleamos, siempre nos hemos tratado con cariño y respeto, si la gente no supiera que somos hermanos bien podríamos pasar como una pareja de amigos, aunque somos gemelos somos muy diferentes, a diferencia de mi, Anthony es rubio eso se lo debe a mi abuelo Enrique, alto, ojos castaños claro, esbelto pero fornido, en cambio yo, tez clara, cabello castaño, ojos oscuros y estatura promedio, si, no somos los típicos gemelos

-si debe ser por eso-digo riendo- siempre la gente se sorprende de lo bien que nos llevamos, cualquiera diría que tendríamos alguna disputa por el trono

-Teniendo la reputación de mi padre y mi tío George no me sorprende

-Me alegra que no seamos como ellos-digo mientras dirijo mi mirada hacia él

-Yo también hermanita-dice mientras me da una vuelta y reímos

*en otra habitación*

George Bilocsu, segundo hijo de Enrique Bilocsu, heredero al trono en caso de que su hermano mayor Tomas Bilocsu muriera, ese era el tan desagradable estatuto que lo definía, George Bilocsu desde su infancia fue competitivo con su hermano Tomas, siempre quiso ser el número 1, pero había algo que el destino no dejó que sucediera, que fuera el primogénito, por mucho que le molestara George era dos años menor que Tomas y nunca podría tener acceso al trono a menos que su hermano muriera, y aunque eso pasara, estaban los gemelos Bilocsu, los herederos al trono, aquello lo llenaba de ira, él quería ser recordado como un rey de gran autoridad, no como el hermano del rey que era su posible reemplazo, una pieza de repuesto que nunca entraría en el juego.

-padre, la fiesta de Jenna y Albert ha empezado desde hace rato, por qué no te encuentras ahí ?- dice Sebastian, hijo de George

-Estaba pensando en algunas cosas y se me ha ido el tiempo, vamos hijo- dice poniendose de pie- pero antes tengo una pregunta que hacerte hijo.

-dime padre- dice Sebastian mientras se posiciona frente a su padre

-Eres feliz hijo?

-Claro que soy feliz padre..., por qué la pregunta- dice un tanto consternado

-Solo una pregunta, como te sentirías si de pronto tu posición fuera más alta?, qué tal a no se... heredero de la corona?

-Realmente no sé cómo contestar eso- dice Sebastian incomodo ante la situación 

-Deberías pensarlo, tal vez las estrellas se pueden cambiar-dice George mientras se acerca a su hijo y pone su mano en su hombro- ahora vamos, hay una fiesta a la que tenía que ir, no nos la podemos perder

Y ambos caballeros salen de aquel aposento, uno con un plan en mente y otro un tanto confundido.