Placer

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Mientras vestía una corona de flores, tenía las piernas sangrantes y mi corazón palpitaba con más ímpetu que de costumbre, logré sentir como mi alma era cobijada en un campo flores, con paz, amor. Sentí la muerte. Con un puñal en mi mano y la sanidad mental en la perchera, me regocijé admirando como gradualmente me desvanecía. La sangre me llamó, me tocó y me excitó con descaro.

Mientras mi madre alterada cogía el teléfono y los vecinos murmuraban a mi al rededor; las risas se sucedían a sí mismas entre mis labios. Pero tan pronto como la fuga en mis extremidades cesó, la densa penumbra me atacó, quedé vacío. (Otra vez).

Bring me back. «Jikook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora