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Narra ____:

El secuestrador seguía apuntándome con el arma, me sentía como si estuviese en una película, pero no, era la pura realidad. Pensaba alguna forma de salirme de esa situación, pero parecía imposible, el aire se volvía cada vez más pesado, y mis ganas de salvarme cada vez más grandes.
Sólo quería irme a casa, estar en mi camita y que nada de esto pasara. Tenía miedo de que nadie me encuentre, tenía miedo de que este tipo me mate, porque aún no sabía porque motivo estaba aquí, no sabía para que me quería.
En un momento el hombre agarró un celular que tenía bastante bien escondido, y al parecer marcó unos números y empezó a hablar. Decía "ya la tengo, te espero y hacemos lo que debemos".
Al oír eso me paralize ¿a qué se refería con "hacemos lo que debemos"?. Mi cabeza imaginaba miles de cosas, y sólo rogaba que lo que pensaba no fuese real.

Cuando el hombre colgó dejó el teléfono en el asiento que estaba a su lado. Al ver eso, veía mi única manera de salvarme, sonará loco, pero si me quedaba como estaba terminaría muriendo de todos modos. Estaba pensando como tomar ese celular para poder llamar a alguien, era algo muy arriesgado, no sabía lo que ese hombre podría hacerme. Pero era eso, o esperar mi muerte.

Examiné con mi vista el auto y vi una caja de herramientas debajo del asiento. El hombre estaba muy distraído fumando con vista al descampado, entonces cuidadosamente tomé una herramienta de la caja, que era de esas llaves grandes para abrir tuercas. Mi vida dependía de lo que pasara a continuación.
Saqué todo el coraje y fuerza que me quedaba para darle con el objeto en la cabeza. Tomé el celular del asiento y oí un diaparo. Había disparado, yo solté un grito de susto, pero me dí cuenta de que la bala no me llego a pegar, estaba muy mareado. En ese momento casi se me sale el corazón, rápidamente le pegué en la cabeza por segunda vez, lo que provocó que quedara inconsciente. Todo esto paso en segundos, segundos que parecían cámara lenta.

Narra fede:

Al escuchar el disparo imaginé lo peor, moriría yo junto con ella, ya no me importaba nada.
No me tomó tiempo pensarlo... Corrí en la dirección de donde provenía el ruido, sabía que podría ser mi fin pero bueno, sólo quería seguir. Los policías al verme salieron corriendo detrás mío, con armas por supuesto, listos para agarrar al secuestrador.
Corrimos y corrimos, fueron sólo metros, la única luz era la de la luna, y no se veía casi nada. Divisé algo a lo lejos, lo que parecía ser un auto, corrí más... Y ahí estaba, esperen estaba ella. Apenas la vi sentí un alivio indescriptible, era una escena que no me hubiese esperado. Estaba ella llorando apoyada en la puerta del coche, corrí a abrazarla, y ella lloró aún más fuerte en mi pecho. Vi un hombre inconsciente, con un gran golpe en la cabeza. No entendía como pasó eso. Tampoco me importaba en el momento, sólo éramos ella y yo, llorando sentados en el camino repleto de piedras y tierra, uniendo nuestros cuerpos en un abrazo, uno que ojalá fuese eterno. Sólo le susurraba al oído que todo estaba bien, que ya había acabado lo peor, que yo estaba aquí para ella, y que siempre lo estaría.

Estuvimos unos largos minutos así, como tanto lo necesitábamos. Decidimos levantarnos e ir hacía el auto de los policías.

Narra ____:

Todo pasó tan rápido, tenía tanto miedo, sólo pude tumbarme y llorar, hasta que de la nada llegó el, corrió hacia mí y me abrazó como nunca antes lo había hecho. Sentí todas mis partes rotas encajar, me sentí bien, protegida. Ambos lloramos aún más y nos dimos otro abrazo para luego levantarnos y ir hacía el auto dónde llegó él.

Al llegar hacía el auto me asusté, estaban poniéndole las esposas a una persona, que supuse que era el hombre al que llamó el psicópata de mi secuestrador. Por suerte lo llegaron a agarrar. En eso llegó un auto con los policías que al parecer yo había llamado. Éstos nos llevarían a casa, ya que los otros policías llevarían a los secuestradores.

Al subir al auto me sentí mejor, sabía que estaba segura y que ya nada me pasaría, apoyé mi cabeza en el hombro de Fede, que venía a mi lado tomándome de la mano. Sólo lo miré y le dije "gracias", el me abrazó y nos quedamos así, con miles de preguntas en la cabeza pero con una extraña sensación que me hacía sentir tan bien...

Casualidad? (fede vigevani y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora