Recuerdo el día en el que te vi por primera vez, nunca creí haber visto una mujer más hermosa que tú. Estatura mediana, cabello negro liso que te llegaba hasta los hombros, piel blanca, ojos cafés chocolates que parecían esconder mucho detrás de ellos. Ibas toda de negro.
Ese parecía ser tu color favorito, ¿qué iba a saber yo que así también tenías el alma?
¿Cómo pude haber sabido que me ibas a causar tanto dolor?
Al principio me pareciste una mujer hermosa, no iba a negarlo, tenías esa mirada que te invita a abrir las puertas del infierno y perderte en el pecado. Ese aire de misterio que me incitaba a querer saber más y más de ti, de tu mundo... Mi corazón pedía a gritos un poco de tu atención.
"¿Está tú profesora contigo?" esa fue la primera vez que escuché tu voz, me hablabas en inglés y creí morirme al minuto en el que tus ojos se posaron en mí. "N-no, ella no está aquí" Nunca había tartamudeado, pero de repente sentí que me quitabas la respiración y no podía articular una palabra adecuadamente. -Daba vergüenza- "Vale, entonces no puedes entrar hasta que ella llegue" me miraste, recogiste tus cosas y te fuiste; dejándome parada viendo tu espalda, hipnotizada por el va y ven de tus caderas y tu cabello moviéndose al compás de ellas.
ESTÁS LEYENDO
Vainilla
Romance"Viste la esencia de vainilla, que la hueles y te mueres de ganas por probarla... Pero cuando la pruebas, te das cuenta que te equivocaste y es horrible. Bueno, hay gente que es esencia de vainilla." Tú fuiste esencia de vainilla.