Cap 2

194 16 1
                                    


El tiempo fue pasando, y así mismo la ilusión que había creado al verte. Me parecía estúpido el hecho de que estuvieras constantemente en mi mente, en mis pensamientos. Solo te había visto una vez -y para mi sorpresa- lograste despertar en mí diferentes sentimientos, pero la curiosidad era la que reinaba. Quería saber de ti, pero nunca pude hacerlo, no me diste la oportunidad.

No te volví a ver, así que me obligue a olvidar ese cruce de palabras sin sentido que habíamos tenido. No fue difícil, logré olvidarte con facilidad y supongo que fue así porque sabía que estaba creando ideas en mi cabeza que no iban al caso, tú solo habías sido decente con una estudiante, y yo, ya me había hecho ilusiones de una vida contigo. ¿Precoz, no?

Bueno.

Pasaron los años, dos años, para ser concreta.
Todo iba bien, la Universidad marchaba a la perfección, tenía buena vida social, compartía mucho tiempo con diferentes personas y me sentía feliz.

Pero no duro mucho, mi felicidad no duro mucho.
Te volví a ver, lo recuerdo como si hubiese sido ayer. Estabas afuera de los salones hablando con una mujer, yo estaba esperando que fueran las 10 am para entrar a clase de Inglés cuando sin querer, mis ojos se fijaron en ti. Y es que no era difícil hacerlo, parecías ser un imán para mí, y yo encantada me dejaba atraer. Supongo me perdí en tu mirada, en la manera en la que movías tus manos al hablar, y como tu atención estaba puesta en ella. Por un momento sentí celos, cuando daría yo por tener si acaso una pequeña parte de tu atención. Pero a diferencia de mí, tú no te sentías atraída hacia esta pequeña alma solitaria que se sentía extrañamente conectada a ti.

"¿Quién es ella?" -Le pregunté a una de mis amigas, tratando de no sonar muy interesada.
"¿Ella? Es la profesora de Inglés de 4to, creo que se llama Barbara".

Barbara, lindo nombre.

Estaba perdida en mis pensamientos cuando te escuche reir, y de inmediato mi mirada se detuvo en ti por milésima vez. Me pareció ser el sonido más agradable del mundo después de tu voz por supuesto. Sin querer, empecé a crear escenarios en los que tú te reías por algo que yo había dicho o hecho, y yo terminaba sonriendo por ser la causante de tu felicidad.

Al parecer te percataste de que alguien te estaba mirando porque empezaste a buscar a el/la dueño/a de esos ojos que te miraban con tanta intensidad.

Y te topaste con los míos.
Y me pareció sentir como el aire se hacía más escaso.
Y creí sentir mis mejillas arder.

Me miraste con algo de intriga en esos ojos café que tanto me gustaban. Y yo sin poder evitarlo, bajé la mirada y huí de ahí.

VainillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora