I Wish She Was You.

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Todohabía terminado, todo. Nadie podía creerlo. El tiempo los habíaconsumido, los traumas, las obsesiones, la vida. Ella un día,simplemente, no dió más. Lloraba y él también, ambos sedesmoronaban frente al otro. Sus mundos se destruían frente a ellos.Querían abrazarse, besarse pero no podían. Había algo en ellosque, sin darse cuenta, no iba a llegar a ninguna parte.



La culpala consumió todo aquel tiempo, en esos meses ella caía y caía. Nousaba sus redes sociales más que para su trabajo, no hablaba connadie que no fuese su familia y amigos de trabajo. Aquella luz que lacaracterizaba, aquella que podía iluminar a cualquier persona, quellenaba de alegría y ternura a quién se le acercaba...se habíaterminado, apagado, desaparecido.



Ya noera la misma, estaba apagada. Estaba sola, quería estar sola. Noquería a nadie más en su vida y sin darse cuenta, se habíadestruído completamente. Lloraba por las noches y miraba sus fotosjuntos. No había tenido el valor para tirar las fotos de su boda, nide vender su vestido de novia o quemar sus recuerdos. Aún tocaba enaquel piano enorme con la mínima esperanza de que él entrase por lapuerta y le amara una vez más.



Sesentía vacía, sola. Aún podía sentir su perfume en las sábanas,en la ropa, en todos lados. En su mente aquella voz varoníldespertándola por las mañanas tanto así como haciendo que sedurmiera cuando no podía. Necesitaba consolarse y ante aquello, yano le importaba que la usaran, que la follaran o que la vieran comouna zorra barata; una zorra barata que estaba rota.




Hombresíban y venían de su cuarto. El calor no era el mismo, ni lascaricias, gemidos, respiraciones...ni siquiera el placer. Intentabapensar en sus manos grandes y en sus dedos largos acariciarla,recorrer su cuerpo, pero la realidad no la dejaba. No disfrutaba comolo hacía con él, no gemía y su respiración no se agitaba con solover como aquellos ojos mieles almendrados se clavaban en ella.



Tirar desu cabello, pasar sus dedos por aquel pelaje azabache. Aquello sehabía perdido completamente. No era ella, nadie la reconocía. Ellano se reconocía a si misma al verse al espejo. Se veía cada díapeor pero intentaba sonreír aunque sintiera que no habíaimportancia de nada en ella.



Cuandobesaba a otro hombre solo podía recordar como él la tomaba de lascaderas, como la abrazaba, como aquellos suaves labios la besaban contanto cariño y amor. Los besos ahora para ellaeran...insignificantes, molestos. No sentía que alguien la besase,sentía que alguien la agredía, la tomaba y simplemente; la usaba.



Era unamuñeca de trapo sucia y usada, una zorra barata, un juguete roto.Luego de aquellas noches en donde los tíos ni siquiera la follaban,sólo le metían la polla para saciarse, ella se quedaba enrrolladallorando en silencio. En esos momentos el corazón se le retorcía alrecordar como él la calmaba, peinaba su cabello y sus dedos largosrecorrían con sus yemas su pequeña espalda diciéndole lo mucho quela amaba, lo mucho que la necesitaba en su vida y lo miserable que sesentiría sin ella.



Victoriarecordaba como le acariciaba el cabello y le contaba historias paradormirlo, para tranquilizarlo. Recordaba como podía pasar horasjugando con los mechones de su cabello azabache y cómo él se dormíacomo un niño pequeño, siendo un ser completamente vulnerable en susbrazos. No podía vivir, sentía que cada respiro dolía.

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⏰ Last updated: Jan 23, 2018 ⏰

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I Wish she was You.  [SYNYSTER GATES] (One Shot).Where stories live. Discover now