¿Qué son?
La Quimera (Griego: Χίμαιρα, Chímaira) era, según la mitología griega, una monstruosa criatura híbrida con aliento de fuego de Licia en Asia menor, compuesta por partes de más de un animal. Normalmente se muestra como un león con la cabeza de una cabra surgiendo de su espalda y una cola que puede acabar en la cabeza de una serpiente,siendo uno de los descendientes de Tifón y Equidna y hermano de monstruos como Cerbero y la Hidra de Lerna.
El término quimera se ha llegado a usar para describir cualquier animal mítico o ficticio con partes tomadas de varios animales, o para describir algo compuesto por partes muy diversas, o percibido como muy imaginativo, increíble o deslumbrante.
Científicamente.
En la paleontología se le llama Quimera a la interpretación errónea de un organismo extinto basado en la reunión de dos o más elementos fosiles procedentes de diferentes especies.
El "Quimerismo" es un trastorno genético cuya teoría postula que dos cigotos, tras la fecundación, se combinan formando uno solo que se desarrolla normalmente. El ser vivo resultante posee entonces dos tipos de células diferentes, cada una con distinta constitución genética.
Descripción e Historia.
La breve descripción de Homero en la Ilíada es la fuente literaria más antigua de la que se tenga constancia: "ser de naturaleza no humana, sino divina, con cabeza de león, cola de dragón y cuerpo de cabra, que respiraba encendidas y horribles llamas". En el resto de la Ilíada, Homero atribuye su crianza a Amisodaro. La Teogonía de Hesiodo continúa la descripción homérica: convierte a Quimera en descendiente de Equidna: "Tres eran sus cabezas: una de león de encendidos ojos, otra de cabra y la tercera de serpiente, de violento dragón. León por delante, dragón por detrás y cabra en medio, resoplaba una terrible y ardiente llama de fuego. Pegaso la mató y el valiente Belerofonte" El autor de Biblioteca mitológica coincide: las descripciones concuerdan que respiraba fuego. La Quimera se considera generalmente hembra a pesar de la melena de su cabeza, siendo mostrada frecuentemente en leonas, aunque con las orejas siempre visibles (esto no ocurre en las representaciones de leones). Los avistamientos de Quimera eran un augurio de tormentas, naufragios y desastres naturales (particularmente, volcanes).
Quimera fue finalmente derrotada por Belerofonte con la ayuda de Pegaso, siguiendo las órdenes del rey Yóbates de Licia. Dado que Pegaso podía volar, Belerofonte disparó a Quimera desde el aire, a salvo de sus cabezas y su aliento. Un escolio a Homero añade que terminó con ella equipando su lanza con un trozo de plomo que se fundió al exponerse al ardiente aliento de Quimera, matándola, siendo una imagen extraída de la metalurgia.
Robert Graves sugiere: "La Quimera era, aparentemente, un símbolo del calendario del año tripartito, cuyos emblemas estacionales eran el león, la cabra y la serpiente".
La quimera se situaba en la extranjera Licia, pero su representación en las artes era totalmente griega. Una tradición autónoma, que no se basa en la palabra escrita, fue representada en el repertorio visual de la tradición de vasos griegos. La Quimera aparece por primera vez en una fase inicial del repertorio de pintores de cerámica proto-corintios, proporcionando algunas de las escenas mitológicas identificables que pueden reconocerse en el arte griego. El tipo corintio se establece, tras vacilaciones iniciales, en la década de 670 a.C.; las variaciones de las representaciones pictóricas le sugieren a Marilyn Low Schmitt orígenes múltiples. La fascinación con lo monstruoso llegó a finales del siglo VII al motivo decorativo de la quimera en Corinto, mientras el motivo de Belerofonte en Pegaso tomó una existencia independiente. Una tradición ática separada, donde la cabra respira fuego y su espalda es como una serpiente, comienza con tal confianza que Marilyn Low Schmitt está convencida de que debe haber precursores no reconocidos o no descubiertos. Los pintores de vasos emplearon el motivo tan consistentemente que reciben los seudónimos del pintor de Belerofonte y el pintor de Quimera.
Una leona de aliento de fuego era una de las deidades solares y de la guerra más antiguas del antiguo Egipto (representaciones de 3000 años antes que los griegos) y son posibles las influencias. La leona representaba a la diosa de la guerra y protectora de ambas culturas que unirían el antiguo Egipto. Sejmet era una de las deidades dominantes en el Alto Egipto y Bast en el Bajo Egipto. Como madre divina, y más especialmente como protectora, para el Bajo Egipto, Bast se asoció fuertemente con Uadyet, la diosa patrona del Bajo Egipto.
En la civilización etrusca, la quimera aparece en el periodo orientalizante que precede al arte arcaico etrusco; muy temprano, de hecho. La quimera aparece en los murales etruscos del siglo IV a.C.