4

1.4K 84 8
                                    

Mis dedos jugaban unos con otros; en cuanto lo noté dejé de hacerlo de inmediato, lo cual solo empeoró mi situación al ser tan expresiva.

-usted es una persona impulsiva - empecé a hablar ante el rostro de Demian que me exigía una respuesta -¿Cómo puedo estar segura de que no es un secuestrador? O algo por el estilo, usted entiende

-entonces ¿Cómo llego a ti?

-descúbralo usted mismo si tanto le interesa

El señor Demian no dejaba de intimidar con su mirada, aun así empecé en mi juego de misterio. En realidad no estaba segura de lo que hacía, o si era lo correcto, pero hoy, nuevamente con él vuelvo ese deseo desenfrenado, mezclado al mismo tiempo con el porte de hombre serio y maduro, con su vida ya hecha (por decirlo de algún modo), es lo que le sigue a ser un caballero. Algo que podría garantizar es que ya me tiene, me tiene y lo sabe y por eso disfruta el momento tanto como yo.
Mantuvo el silencio unos pocos segundos para luego acomodarse de lleno en el estrecho sofá, arrimando la espalda mientras ambos brazos descansaban a los lados, sin borrar esa pícara sonrisa triunfante.

-sé una buena chica, ven aquí, siéntate en mis piernas

Mordí mis labios instintivamente mientras lo miraba a los ojos en el sofá de enfrente, él es tan maravilloso que no puedo negarme a nada. Me puse de pie y en dos pasos ya estaba sentada sobre su regazo como una niña obediente siendo castigada por contestar con altanería a sus mayores. El señor Demian rodea con sus dotados brazos mi cintura que es pequeña al comprarse con sus masculinas manos, acaricia con lentitud mi espalda mientras me levanta para que mis piernas lo rodeen; maldigo para mi misma por dejar escapar ese gemido al sentir algo duro entre mis piernas.

-Debería pensar en las consecuencias- empecé a hablar bajito sólo para él

-me gusta demasiado Catalina, no sé que a hecho, pero la deseo tanto, y créame que lo he pensado mucho y sé puedo decir que para mí aqurllo que pasó no sólo fue algo de una típica noche congelada, quiero hacerla mía aunque suene posesivo, no sólo hoy, no sólo mañana... me gustaría que me permita quererla, que me haga sentir vivo otra vez y repito por si no quedó claro, la deseo tanto

-eso no es cierto, miente, si me deseara ya me habría besado

Me dió un beso con tal fuerza que por poco choca sus dientes delanteros con los míos, de inmediato sentí su cuerpo rozar haciéndome estremecer, lo siento encajar perfecto, como dos piezas de rompecabezas.
Sus manos suben hasta mi rostro tomándolo para mirar mis ojos disfrutando de la vista que le otorgaba mi cara de placer pidiendo más al conjunto de mis labios y mejillas enrojecidas

-¿ahora me creé?

asiento con mi cabeza en forma de afirmación

-se está poniendo el sol y debería ir a casa ya, papá después empezará a regañarme - dije más que tímida completamente apenada mientras me separaba de él poniéndome de pie tratando de acomodar mi cabello

-¿entonces no volveré a verla? No me da una respuesta clara

-¿quiere ir a tomar helado conmigo este viernes? Después de clases, si tiene algo de tiempo y..

-paso a recogerla ¿ok? - respondió de inmediato mientras volvía a romper la distancia entre ambos. De puntas logró abrazarlo para besar sus labios otra vez.
Intercambiamos números y me fui.

(...)

Si alguien me preguntase ¿qué es el señor Demian para mi? Juro que no sabría que contestar pero mi corazón no deja de palpitar acelerado cada vez que pensaba en él. Me levanté siendo su recuerdo mi primer pensamiento matutino.

CatalinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora