prologo

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Era hermosa, preciosa, era... un Ángel, un ángel perfecto; era codicioso, la quería desde el primer momento en que la vio cuando tenía apenas 12 años y ahora que la veía de nuevo pintada en un cuadro, un pensamiento recorrió su mente, MÍA.

Debía ser mía, ese ángel debía ser mío, del demonio.

No importa cómo, no importa cuántas vidas hubiera que sacrificar, pero tenía que ser mía.

Nunca más la alejarían de ella.

Él cogió el cuadro que estaba en la pared y se lo llevó, mientras todo un castillo a su alrededor se quemaba y el cuerpo inerte del antiguo rey se quedaba en el suelo con una mueca de miedo grabada en su rostro.

En manos de un demonio sxsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora