A diferencia de mis demás pretendientes, tú eras diferente.
Claro empezando con la edad. Tu forma de pensar, hablar, hacerme sentir tan bien con tan poco.
Me gustaba estar contigo porque siempre me escuchabas y dabas consejos aún que sabías que no los seguiría, el silencio era arrullador a tu lado. Parecía que todo estaba bien.
¿El problema? Tu insignificante miedo a las relaciones, temías que alguien te hiciera daño pero me conocías tan bien como para saber que yo no lo haría. Querías algo libre, jugar conmigo, utilizarme en la soledad.
Claro yo no te ofrecí algo estable, fue un error acceder a esto, pero te quería, te necesitaba a mi lado, sin importar qué.
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Lo que no se dice.
DiversosHay muchas situaciones en mi vida diaria que me hacen divagar en pensamientos que quiero decir, sin embargo, me falta valor. Aquí es mi centro de desahogo. No es bueno quedarse con nada, hace daño al corazón.