Epílogo

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Su respiración era lenta, pausada y casi superficial. Sus ojos fueron abriéndose con suavidad hasta que sus pupilas lograron enfocar todo a su alrededor. Se incorporó abruptamente cuando se dio cuenta de aquella extraña habitación blanca donde se encontraba. Giró la cabeza en todas direcciones no pudiendo encontrar a nadie conocido cerca, comenzó a hiperventilar y de puro impulso arrancó las vías permeables que tenía sujetas en el dorso de la mano. Aventó el tripié con las soluciones e intentó ponerse de pie a pesar del aparato metálico que tenía en una de las piernas.

Su desesperación por salir de aquel lugar con aroma a cloro y a medicina era tal que sin importarle el agudo dolor que recorrió su miembro inferior cuando se puso de pie, comenzó a andar por el cuarto de hospital hasta la salida.

—¡Ih! ¡Doctor!— una de las enfermeras vio al paciente arrastrarse por el pasillo de camas, los familiares de los otros enfermos se hicieron a un lado cuando vieron el rostro de sufrimiento del chico.

—¡Joven Oh! ¡No puede hacer eso!— el encargado de su caso acudió al llamado e intento detener al chico. Pero SeHun forcejeó para poder salir de ahí.

—¡Suélteme! ¡Suélteme!— gritaba a todo pulmón cuando por fin lograron atraparlo, un par de fornidos enfermeros lo sujetaron con fuerza y el doctor indicó la administración de una nueva dosis de tranquilizantes. La aguja atravesó la piel del menor y en cuestión de segundos cayó presa de la inconsciencia.

—Pueden regresarlo a su cama ¿Por favor? Tengo que revisar que no haya descompuesto su sujetador— indicó el médico apuntando la cama donde el chico estaba internado.

Oh SeHun era un paciente de difícil manejo, desde su llegada a la sala de urgencias había sido todo un dilema tratarlo, recibieron la llamada de un inconsolable ChanYeol que rogaba por una ambulancia, la ayuda llegó con el tiempo justo para detener la hemorragia del menor; su estado era crítico, a pesar de haber sufrido una fractura su estado general de salud estaba tan deteriorado que las complicaciones eran demasiadas, para empezar la pérdida de sangre que tuvo mientras estaba en el callejón lo hizo caer en un choque donde su vida corrió peligro y a eso se le sumaba la nula capacidad de su cuerpo para responder con buenas defensas, su estado de desnutrición era el responsable de su poca capacidad frente a enfermedades así que una infección en la herida era inminente. La resolución de la fractura se vio en dificultades por el pobre nivel de minerales en sus huesos, cuando estudios de imagen se llevaron a cabo, se encontraron fracturas resueltas inapropiadamente en todo su cuerpo. ChanYeol fue cuestionado sobre antecedentes de maltrato y no tuvo otra opción que decir toda la verdad. Contó a las personas de servicio social las cosas que sabía que hacían con su amigo.

—Una vez dejó de mover uno de sus brazos como por un mes entero...— el mayor no dejaba de soltar lágrimas mientras relataba lo acontecido.

Las autoridades se encargaron de investigar a la familia de SeHun y encontraron las malas condiciones en las que el joven vivía, en una casa que se caía sobre sus propios cimientos, una madre que no quiso responder ninguna de las preguntas hechas e intentando deslindarse por completo de toda responsabilidad sobre su hijo.

—SeHun lo ha pasado muy mal— asintió el doctor encargado del chico cuando ChanYeol llegó a relevar el puesto de la enfermera. Debido a su estado como menor de edad era imperativo que el chico no estuviera solo en ningún momento, pero como el mayor debía atender la escuela, se había encargado de conseguir en el servicio social alguien que pudiera ayudarlo mientras no estaba.

—Lo sé...— ChanYeol observó el cuerpo sedado de SeHun y sintió su pecho oprimirse.

—Hoy intentó irse de nuevo— aseguró el médico —Vamos a pedir una interconsulta con el departamento de psiquiatría.

Al interior  [ChanHun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora