El destino parecía estar en su contra, por mas que busco con desesperación al pequeño tigre no lo pudo encontrar. Su paciencia se había perdido, su respiración irregular daba a entender que había estado corriendo desde hace tiempo.
-¡MALDICION!-exclamo llegando a su limite.
No sabia cuanto tiempo llevaba buscando, pero en ese instante de desconsideración un pequeña idea se colo en su mente, y sin mas corrió hacia la única persona que podría ayudarlo a encontrar a el pelirrojo, el único que podría saber donde se encontraba o por lo menos darle alguna pista.
*TETSU*
Exclamo en su mente, aunque pensándolo bien dudaba que este quisiera brindarle alguna pista del paradero del tigre, pero no tenia opción.
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Mientras tanto en una gran habitación se encontraban tres individuos descansando de las acciones anteriormente realizadas.
El primero en despertar fue un alfa de ojos bicolor que percibió un muy insistente llamado que provenía detrás de la gran puerta.
-¿Joven akashi?- escucho su del otro lado -joven akashi debo informarle que su padre lo busca, requiere de su presencia en su despacho-
"Genial" pensó akashi, lo que menos quería era que interrumpieran ese momento tan especial para el.
Un pequeño suspiro ocasiono que voltera su rostro para encontrarse con una imagen a la cual se podria decir que era la mas hermosa que había visto en su corta vida.
Observando como los rasgos de cierto pelirrojo se habían definido aun mas, era bien sabido que un omega al ser marcado por su alfa o alfas, su cuerpo se hacia mas delicado para poder verse aun mas atractivo para ellos, claro que lo hacían inconscientemente ya que ellos no se daban cuenta de sus propios cambios.
Con resignación acaricio la pequeña mejilla de taiga mientras soltaba un ligero suspiro, en verdad que estaba enamorado de ese pequeño tigre.
No permitiría que nadie lo dañara, sobre su cadáver antes de que eso pasara ya que estaba dispuesto a hacerlo feliz, muy feliz.
Estaba dispuesto a dar lo mejor de si para que su pequeño tigre no sufriera y claro no le faltara nada, desde muy pequeño le enseñaron que a un omega se le trata como si fuera lo mas preciado y para akashi taiga era su emperatriz por lo tanto debe de tener solo lo mejor de lo mejor.
Un pequeño movimiento del pelirrojo lo alerto, pero al perecer el omega tenia el sueño pesado y eso provoco una pequeña sonrisa en el rostro del alfa al ver como este arrugaba la nariz mientras hacia un pequeño puchero, también se percato de una mano traviesa que se movía buscando algo, sin perder mas tiempo akashi tomo su camisa que por fortuna se encontraba tirada al lado de la cama.
Se la acerco al menor para después observar como este la toma y se la acercaba a su nariz olfateando el olor de su alfa, si quería estar mas tiempo con su pequeño tigre tendría que darse prisa y regresar antes que este se despertara.
Era bien sabido que los omegas recién marcados llegaban a tener cierto temor al no ver a sus alfas cerca ya que estos pensaba que tal vez se había arrepentido de marcarlos y no quería que la mente de taiga se llenara de esas absurdas ideas, el jamas se arrepentiría de haberlo marcado como suyo, JAMAS .