Finn Wolfhard había dejado soltar un prolongado suspiro al mismo tiempo de cerrarse su suéter azul marino.
Se encontraba caminando entre las calles de Alabama, donde lo único que se podía respirar era el cálido oxígeno y el ambiente relajado de Huntsville y, de los únicos lugares donde se podía estar demasiadas horas sin aburrirse era en Reynolds Hood, donde podía ir con tus amigos a tomar café o unos tragos mientras disfrutas del agradable concierto en vivo que dan bandas desconocidas, como la banda de él.
Apenas en la mañana había llegado sus amigos y él a Huntsville, se hospedarían en un departamento todos juntos por un tiempo mientras las cosas se calmaban en sus tierras natales llamado Canadá, donde se supone que los corazones están congelados y el café es una buena manta para revivirlos. Sin embargo, tanto en la casa de Finn, de Ayla, Malcolm y Jack un fuerte estupor gobierna debajo de sus camas y esa incertidumbre se apodera por completo de los pensamientos de sus seres queridos.
Ayla Tesler- Mabe era una chica amable y con una sonrisa que daba a entender que su felicidad más allá de la imaginación, pero tenía débiles sentimientos y eso lo convertía en una muñeca de cristal. Ayla no tenía madre y el único familiar que tenía era su padre llamado Ted quien sufría serios problemas con el alcohol. En un día no tan lejano como estos, bajo el efecto del alcohol su padre trató de golpearla y eso bastó para que Ayla tomará sus maletas y se marchara.
Malcolm Craig era de ese tipo de chicos que se encontraban bajo protección de sus padres, siempre fue el niño bueno de la casa y sus calificaciones eran lo bastante buenas para que pueda sacar una beca e ir la escuela de sus sueños. Por el contrario, cuando Malcolm llegaba a cada, se encontró con la terrible noticia de que sus padres habían muerto en un accidente automovilístico tras ir a las compras de la casa. Tal vez, eso no fue lo peor: lo peor de todo es que ellos habían ido precisamente a las compras porque Malcolm en una noche anterior les había pedido un bote de helado.
Jack Anderson siempre tenía problemas con su familia, en especial con su padrastro Su padre había muerto cuando él tenía seis años de edad por un asalto en la calle, su madre desolada estuvo con depresión por dos años hasta que conoció Robert Jensen. Un hombre lo suficiente atractivo para cautivar el corazón de esa mujer viuda, su madre salió con Jensen por medio año hasta que los dos decidieron juntar sus vidas y unir ese lazo inseparable mediante un anillo. Sin embargo, a Robert le molestaba que Jack se entrometiera entre esa hermosa mujer y él hasta el dado punto de tenerle rencor. El tras pasar de los años, Jack fue creciendo al igual los errores que eran criticados por su padrastro. Ahora que por fin tenía 18 años, su padre lo corrió de su hogar y él, para no conllevar más problemas, se marchó.
Y por último, tenemos a Finn Wolfhard.
Finn perpetuamente fue un chico normal, como cualquiera. Tenía un hermano, una mascota y dos padres que... ¿Se amaban? ¿Acaso se le puede llamar amor al hombre que se besa con jóvenes de faldas cortas al mismo tiempo de maltratar a su pobre madre?
Sí, ese era el pequeño problema. Su familia vivía de apariencias con sus demás parientes, disimulaban ser la familia perfecta frente a ellos mientras en su hogar no paraban de escucharse los gritos de su padre. Finn trataba de actuar frente a las personas lo más usual para que no se levanten sospechas. Las cosas no son para siempre, alguna vez las cosas se rompen y se encuentran en sobrepuesto, pero como dicen: Todas las cosas rotas son propensas a extinguirse por completo para siempre y eso, fue lo que pasó con la familia Wolfhard.
Cuando Finn salía con sus amigos de la banda, cuando la felicidad entre ellos reinaba, Finn se topó con su padre saliendo con otra mujer. La ira empezaba a recorrer por las venas del chico con el corazón roto y no pudo evitar gritarle a ese ser que le dio la vida que era un cobarde. Su padre se había quedado sin palabras y lo único que hizo fue pedir perdón. Desde ese momento, los cuatro chicos decidieron tomar sus maletas y prometieren hasta con sangre, que no dejarían que nadie los lastime, otra vez.
Por lo mientras, cuando llegaron a Huntsville y buscaron departamento lo más económico que se pudo, los chicos decidieron descansar en el. Finn decidió salir a las calle de Alabama a explorar un poco aquellos lugares.
Su mirada estaba fija en su alrededor, buscaba un lugar donde pudieran trabajar los chicos y él para poder sostenerse. Desde el principio sabían a lo que se enfrentaban, ya que el independizarse de la casa es muy diferente porque tu vida depende no de tu madre, ni de tu padre sino de ti.
Por lo tanto, debían de apresurarse a buscar un trabajo y Finn estaba dispuesto en buscar uno con su banda.
Puede ser que él siguiera buscando hasta tarde, sino fuera por una preciosa castaña que se encontraba alejada de él por medio metro. La chica se encontraba bailando, sus pasos y la forma que movía sus manos le eran desconocidas pero lo único que sabía con claridad es que era hermosa, sus acompañantes le sonreían de oreja a oreja y un leve sentimiento recorrió su cuerpo y, algo le decía que esa chica era la clave de su felicidad.
La chica junto con una pelirroja y un castaño entraron a un bar, Wolfhard no dudó un segundo y fue detrás de ella.
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NoLo ;:; Calpurnia + Fillie
Fanfiction«─Te lo advertí, Wolfhard -Solté un suspiro-. ¡Carajo, te lo advertí! Te dije que yo era la más zorra de aquí y aún así, tú te enamoraste. » No se aceptan copias y/o adaptaciones.