Capítulo UNO

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Alcé la mirada tanto como pude, era una noche serena, de aquellas que te dejan perplejo mirando al cielo con dos estrellas solitarias brillando con una luz rala, pero no inexistente. Siempre me gustó ese silencio mágico que tienen las noches. Se que no ocurre en todas las ciudades, pero en la mía las personas dejan de dar movimiento a esta cuando un nuevo día se asoma, o cuando el numerito contador de dias del celular cambia, no es hasta horas más tarde que vuelven a moverse, mientras tanto la gente solo busca descansar de una rutina, que así fuera la más apasionante del mundo, cansa. Y cansa mucho...

Luego cerré los ojos, pude ver la niebla bordear el balcón, un aire frío se acercó repentinamente, pronto llegó esa sensación mágica y relajante de sentir la brisa acariciarte la cara.

Siempre me intrigó el universo, pienso que sus misterios son más grandes incluso que su misma longitud, y con esto no descarto que el tamaño del cosmos sea infinito, solo pienso que esos misterios están paso adelante de ese 'infinito'. Después está una teoría que me encanta. Multiversos. Algunos dicen que cada decisión tomada crea una realidad alterna donde eliges hacer completamente lo contrario. Ojalá haya tenido más suerte en alguna de estas otras dimensiones.

También me puse a pensar en la naturaleza, la perfección de su composición, el encaje perfecto de cada pieza en ella lo hace un puzzle extremadamente complejo, pero resuelto y estable al fin y al cabo. Creo que la única pieza que sobraba era yo. 

A lo lejos mi madre llamaba.

Está servida la cena. ¿Hasta qué hora te espero, Christopher?- decía mamá lanzando un grito desde la cocina. No tenía hambre. En ese momento sólo quería alimentarme de música. - Cené más temprano en casa de Piero, no tengo hambre. Gracias ma'- mentí.

Mientras sonaba 'When I Was Your Man', recosté mi cuerpo boca arriba, miré atentamente el techo de mi habitación y pensé en ella. Y dormí, pensando en ella..

Al siguiente día en la universidad pude verla.

-¡Chris!¡Buu!- era ella una vez más, con una sonrisa al final que apagaba todo de mí, al final después de ese arquito mágico en sus labios no era yo el que tenia control de mí mismo.

-Sophia, ¿qué tal te fue?- trató de disimular lo babaso que me pongo al verla.

-Ahí, más o menos, tratando de sobrevivir. ¿Tú?

- Te estoy viendo sonreír ahora mismo. ¿Cómo crees que me siento?

...





Un puzzle difícil de resolverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora