2. sentir

13 0 0
                                    

Solo la frialdad de la noche imponía la presencia del asesino encapuchado, caminando sobre la misma desolada acera de concreto observaba solo hacia donde el camino le guiaba a la casa de aquella chica siega.

Hoy, jeff the killer, tendría diversión gratuita la desafortunada chica de mirada perdida. Sus harapos de apariencia depravadas le hacían gracia a jeff por simple burla a su invalidad.

Frente a el, la casa de la siega se era presente con un minucioso cambio, las luces están apagadas. Una sonrisa se hizo alinear con las cortadas de sus mejilla. Se divertiría esta noche... Y quien sabe? Tal vez hasta mas.

No tardo mas, camino hacia la casa y fue por la misma ventana de la noche de ayer, sin siquiera con las luces encendidas, sabia donde caminar por el pasillo hasta llegar a la habitación de la chica. Su entrar no tardo en hacerse presente, el rechinido de la puerta la despertó exaltada, asustada de quien había entrado esta vez a su casa pero calmo sus pensamientos al oler el metal de un cuchillo combinado con el gélido aroma combinado de la sangre que portaba el intruso.

-veo que notaste mi presencia cieguita...- dijo jeff callando el ligero silencio de la habitación.

-no... No pensé que vendrías... esta noche- dijo ella con aquella vacía mirada

-¡¿y que?! Creíste que me olvidaría de mi nuevo juguete- decía acercándose paso a paso hacia ella hasta estar frente a su cama.

Se acerco al rostro de la chica notando como ella se tensa al sentir de su cercanía. Jeff solo ríe a su reacción esperada en la chica, pero apenas su diversión comenzaba. Acerco su mano y tomo con dureza el mentón de la rubia dirigiendo su vacía mirada a jeff quien no pudo evitar un risa burlona a la expresión tonta, según el, ponía ella.

- ¿que estúpida expresión es esa?- dijo aun riendo, entonces giro mas es mentón de la chica notando en su mejilla una tira adhesiva- ¡vaya, vaya! alguien fue compasivo contigo y te curo la cortada que hice la noche anterior... pero...- tomo la tira y la jalo brusca tirando igual de la costra hilando un poco de sangre- no dejare que un hermoso corte sea ocultado por una horrible cubierta.

Al ardor del jalón llevo su mano rápidamente a su mejilla, sintiendo como el liquido correr entre sus dedos y bajar hasta las mantas que la abrigaban del frió al dormir pero ahora siendo manchadas por gotas de su propia sangre. Solo su expresión de asombro se mostraba en su pálido rostro desconcertando el cruel acto de jeff.

- entonces... esto es... mi sangre...- dijo para si misma impresionada

Solo aquella expresión comenzó a darle un escalofriante sentimiento a jeff, sin entender el gusto que sentía esa chica al sentir su propia sangre. Al principio pensó que la chica que ademas de ciega sufría de hematofilia (una ambición a la propia sangre) pero rápidamente fue descartado esa idea de su mente al ver como el asombro se borraba de su rostro y solo dejaba ver una mueca de tristeza.

La chica fue quitando su mano de su mejilla ensangrentada para después sentarse sobre la cama y levantar su misma mano en carmesí hacia el rostro de jeff sin que este se moviera en ningún instante. Sintiendo el tacto de la sangre y los dedos de la chica en su áspera mejilla se petrifico fijando su miranda a los vacíos ojos de la chica. Salio del trance en que había entrado así mismo y sujeto con dureza su muñeca quitando la de su pálido rostro causándole un leve dolor en su mano.

- ¡¡NUNCA!!... nunca vuelvas a tocarme maldita- apretó el agarre haciéndola gemir de dolor- eso, eso. Chilla para mi perra, eres mi juguete para la noches, así que chilla maldita ¡¡CHILLA!!...- y con aquel grito la golpeo en su mejilla derribando la al instante- maldita seas. La noquee antes de jugar, bueno no importa, así dormirá para jugar un poco mañana.

Antes de salir al exterior de la casa, giro a la mesita de noche y noto una carta firmada a quien se le dirigía, la tomo sin pesar y sonrió al nombre reflejado.

-así que... ¿tienes nombre cieguita? jajaja... Lucy Jamez- sonrió al nombre- un lindo nombre... para un lindo juguete.

la vista del asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora