la vista del asesino

4. heridas

La tarde comenzaba a asomarse en el pequeño pueblo donde vivía una joven de cabello rubio cenizo y de mirada perdida, en el interior de la casa estaba en la sala sentada en el largo sofá de cuero negro junto con una joven de bueno parecer, cabello castaño mármol corto a los hombros y ojos marrones, vestía un traje formal con falda y tacones negros de tres pulgadas. Vanessa Rules trabaja en las oficinas del departamento de policía del pueblo, es amiga de Lucy desde jóvenes y a los principios de la perdida de Lucy.

Ambas amigas se encontraban sentadas en el largo sofá frente una a la otra, mientras Vanessa miraba entre ceño a la rubia y que solo la veía perdida, pero podía sentir el ambiente pesado que la mirada de su amigas hacia a su alrededor.

-¿y bien?- pregunto molesta intensificando la pesadez del espacio

- co-como te dije, sin querer tropecé con un hombre... - respondió nerviosa- y como no lleve mi bastón tuve que estar con las manos extendidas, por eso pensó que era una ladrona, pe-pero después se disculpe al verme bien- dijo refiriéndose a su discapacidad 

-¡¿y como se te ocurre salir sin tu bastón, Lucy?!- grito molesta, haciendo saltar de la impresión a la rubia- ¿sabes que te pudo haber pasado? no debes de ser descuidada, recuerda siempre llevar contigo tu bastón linda, es igual cuando vayas al baño ¿entendido?- replico demandante, suspiro y se levanto del sofá para dirigirse hacia las escaleras.

El taconeo de los zapatos resonaron en la habitación haciendo eco en los oídos de la rubia, indicando como su amiga se dirigía a dirección al baño y regresaba a bajar las escaleras, sentándose nuevamente en el sofá junto a Lucy. Con un frasco de una pomada le pidió a Lucy que bajara los tirantes de su blusa blanca y comenzó a untarle la crema en los hinchados y amoratados hombros de la pálida piel de la joven.

-Lucy... trata de cuidarte, no puedo estar contigo todos los días- dice pasandole con suavidad la fría crema, haciendo temblar a la chica- perdona, es mejor aplicarla mientras este fría- negó sonriendo-mh... mi trabajo no me permite tiempo contigo...

-lo entiendo Vane, lamento preocuparte yo...-

-no te disculpes. Eres mi amiga y no importa que me preocupes. Listo- tapo la crema y levanto las tiras en sus lugares, tomo las manos de Lucy y la miro a los ojos- lo importante para mi es que estés bien, eres mi mejor amiga y quiero tu bienestar- sonrió Lucy

-si supiera de el...- pensé ella, apretó ligeramente las manos de la castaña y presintió como sonreía- tienes razón, tratare de cuidarme mejor-

-y...-

-y saldré siempre con mi bastón-

-buena chica- la abrazo-... bueno, tengo que irme. Hoy me toca doble turno en la oficina, todo el departamento esta a reventar de trabajo...-

- ¿podría saber por que?- pregunto curiosa

-pues, recientemente se ha visto extraños asesinatos ocurridos en los alrededores del pueblo, en el departamento están hechos un lió gracias a ese loco. Ya hasta lo nombraron como el asesino sonriente- contaba mientras se levanta y recogía su bolso de un hombro.

-¿el... asesino sonriente?... suena un poco tonto ¿no crees?- cuestiono Lucy riendo

-pues para el asesino no le causa mucha risa. Los cadáveres, no se como fue que pude llegar a verlos, tenían cortadas a los lados de la boca, como si tuvieran una sonrisa permanente. Es escalofriante y horroroso si lo piensas- seguía contando mientras tomaba las manos de Lucy y la levantaba del encuerado sofá- desgraciadamente me dieron la oportunidades de tomar el informe del caso en la escena del crimen. Los muebles estaban en perfectas condiciones, pero el horror estaban en los cuartos. Ese maldito, una joven en plena juventud tirada en el suelo ensangrentado con esa sonrisa en la cara. Y sus padres degollados en sus camas igual cubierta de sangre... con esos gestos... inmundos, eran repugnantes...- sus manos temblando y su voz horrorizada, solo transmitía su miedo a Lucy-... solo leer esa frase en la pared, no podría pegar un ojo en toda la noche sabiendo que ese monstruo podría hacerte daño, Lu-Lucy...- sollozo, enseguida fue encerrada en los brazos de la rubia, sintiendo la caricias que le proporcionaba la mitad de su corto cabello hasta la mitad de su espalda.

Los leves sollozos de parte de la profesional comenzaron a inundar la habitación, siendo poco a poco silenciados por el suave contacto de su mejor amiga, emitiendole la serenidad y satisfacción que solo sabia, lucy emitía. 

-pensar en el horror del momento, solo perturbara el hermoso sueño que puedes tener esta noche Vanessa- dijo separándose, con delicadeza, trato de limpiar las lagrimas que comenzaban a surcar las pestañas de Vanessa- aunque no importe tu preocupación, quisiera que almeno sepas que también me preocupo por ti y como te puedes sentir por mi, pero almeno quisiera que soñaras lindo. Con muchos hermosos colores- sonrió

-Lucy... solo no quiero que salga herida como...-

-nunca saldré herida..., ya no mas- interrumpió, Vanessa suspiro. Siendo cuerda de lo tranquila que era Lucy, también era consiente de lo terca que puede llegar a ser. Sonrió.

-lo entiendo. Te quiero, Lucy-

-Yo también te quiero Vane-

-Vamos arriba, ya se esta haciendo de noche, es hora de irme y tu debes estar en tu cuarto. Menos mal cenamos temprano- dijo caminando a las escaleras tomando de la mano a Lucy.

Llegando a la habitación de la chica. Vanessa solo la deposito en su cama, despidiéndose con un abrazo y asegurando le que las ventanas estaban completamente cerradas. La seguridad de la chica sera siempre la preocupación de la profesional, sin padres, sin hermanos, ni el apoyo de algún familiar cercano, Vanessa era la única que Lucy consideraba familia, tanto en vida como en espíritu. Guardando las heridas en el pasado, viviendo del presente, soñando con la espera de un futuro.

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Bueno pues, aquí a las 2:21 am publicando un nuevo capitulo para ustedes.

Y ahora que tengo que aprovechar que no ahí nadie en casa para escribir. Y también adelantar los siguientes capitulo.

Voten si les gusto el capitulo.

Comenten como les pareció el fantic

Los leemos luego.