Cuando eres niño solo te hablan de tener sueños, esperanzas, y de seguir hacia delante pase lo que pase y pese a lo que pese. Nadie te habla de esto, de la frustración de no avanzar, de no saber que quieres hacer a continuación, de no saber ni quien eres ni lo que quieres conseguir.
La peor parte de la depresión es la soledad, la soledad mental pese a estar rodeada de gente, el que esas personas te estén apoyando y tú forzándote a sonreirles, a semejar que esta todo bien porque nadie quiere estar con una persona triste, cada uno tiene sus putadas y cuando se está en grupo lo que se pretende es olvidar, divertirse y por ese rato olvidarse de los problemas, pero yo no puedo y no quiero que ellos estén mal, por lo que me alejo y entro en el peor ciclo vicioso que puede caer sobre una persona, la soledad.
Tengo la suerte de tenerte a ti, que me entiendes, me apoyas, me animas y quieres verme bien. No te imaginas lo que te quiero peque, pero no puedes hacer nada por mi ahora mismo y no te mereces a alguien que te amargue como lo hace mi tristeza contigo, haciendo que te preocupes por mi en vez de pensar en ti y en hacer cosas divertidas que te hagan feliz. Eres lo mejor que tengo, no te da la olla del miedo que tengo a perderte por esto, o por cualquier otra cosa, porque aparento ser fuerte pero tu has penetrado en mi como hacía tiempo que nadie lo hacía y me tienes cogida hasta el fondo.
La peor parte de la depresión no es el problema en si, es el circulo en el que lo que te pasa afecte a los que quieres.
No se que hacer para seguir, solo me apetece desaparecer, pero eso te haría daño y es lo último que quiero
Siento fallaros una vez más, a ti, a ellos y a él.