Parte Única

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Haru acomodó su cabello en detrás de su oreja. Tenía tiempo esperando que Yamazaki se dignara a aparecer sacudió su falda quitando inexistentes motas de polvo. Makoto, su mejor amiga, le había dicho que nunca la había visto preocuparse tanto por algo que no fuese el agua.

Finalmente vio a la alta muchacha de ojos aguamarina que se acercaba a ella. Sousuke Yamazaki, su novia desde hace, hizo un cálculo moviendo sus dedos y llegó a la conclusión que sólo llevaba dos semanas y media con Sousuke.

Sousuke hablaba con otras chicas de su escuela, Rin también estaba allí y fue la primera en ver a Haruka esperando a la entrada con un vestido veraniego en distintos tonos de azul con blanco, como si fuese una vista del mar desde abajo hacia el sol y unas sandalias femeninas color azul con un delfín adornando su costado. Rin sonrió, Haruka era hermosa y como siempre traía su cabello largo y suelto, pero una delgada diadema blanca lo adorna con cuidado y elegancia. ¡Y qué decir del maquillaje! Rin podía confirmar que nunca en toda la vida había visto a Haruka maquillada.

La morena siempre le había gustado, pero Rin nunca pensó que pudiese gustarle mucho más, adelanto el paso sin que Sou-chan lo notara, alcanzó a la dulce Haruka en la entrada quien la miró con una tímida sonrisa que derritió el corazón de la pelirroja. Como envidiaban a esa suertuda de Yamazaki.

— Wow —jadeó Rin recorriendo el cuerpo de Haruka nuevamente.

— Podrías ser un poquito más discreta y dejar de babear sobre mi novia —La voz de su mejor amiga llamó a Rin sonrió coqueta y tomó la cinturita de Haruka con uno de sus brazos.

— ¿Cómo no hacerlo? Si es una diosa —Haruka se sonrojó suavemente, frunció el ceño y empujó a Rin lejos de su cuerpo.

— Hola, Sousuke —Saludó volviendo a poner su máscara tranquila, Sousuke sonrió y negó con la cabeza.

Sousuke había visto como es máscara distante y tranquila se rompía, como Haruka podía sonreír, llorar o en esa deliciosa expresión de placer cuando la tocaba, cuando sus ojos se cerraban y sus elegante labios entreabiertos dejaban escapar gemidos de placer, en esa melodiosa y suave voz. Rin podía admirarla cuanto quisiera, pero ella había visto más de lo que Haruka mostraría a nadie antes.

En especial cuando ella notaba las rodillas de Haruka retorcerse disimuladamente, estaba impaciente y Sou-chan la comprendía.

Fue un fin de semana en casa de Haruka, con Makoto y Nagisa pululando por la casa entre risas y chismorreo absurdo. Haruka había cerrado sus ojos quedando dormida sobre el pecho de Yamazaki. Makoto había sonreído ante la escena y tomando entre sus dedos un suave mechón de la morena, dijo:

— Hace poco Gou, el hermano de Rin nos contó sobre su cita con su novia. Haruka parecía tan curiosa y atenta. Ella nunca ha tenido una cita y la idea la entusiasma. Como su mejor amiga me siento en obligación de decírtelo, llévala al cine, a un parque o a comer, lo que sea le sirve y la hará muy feliz. Ella no es de pedir o exigir cosas, ella esperaría a que tú se lo pidieras, pero no eres adivina y quiero facilitarte la existencia —Makoto sonrió de esa forma extraña que a veces aterraba a Sousuke, que mostraba una calma y tranquilidad, mientras que al mismo tiempo algo te susurraba al oído "Si no la complaces planeo matarte a ti y a toda tu familia mientras duermen". Ese algo oscuro de Makoto la aterraba, pero prefería disimular su miedo.

Luego de eso cuando todas se fueron a sus casas y ella estaba en la puerta con Haruka balanceando su frágil figura con cierta impaciencia, Sousuke le preguntó si quería salir el viernes, los ojos de Haruka se iluminaron de emoción, pero su rostro seguía impasible, esos ojos la aturdían, pero pudo comprender a Haruka asintiendo y fijaron la hora en la que se juntarían y donde.

Ahora la veía allí, más arreglada de lo que nunca la había visto, tan hermosa y elegante. Como una fina muñeca de porcelana, no se arrepentía de haber seguido los consejos de Makoto y recordaría devolverle el favor a la castaña más adelante.

Se despidieron de Rin y caminaron para tomar un taxi que las llevara cerca de la playa. Sousuke vio a Haruka correr sobre la arena sosteniendo su cabello sacudido por la brisa. Parecía un ángel caído del cielo y no era la única que lo pensaba, podía ver a varias personas mirando a su novia con bastante atención. Se adelantó y tomó a la chica por la pequeña cintura y depósito un beso en la punta de la nariz de ésta. Haruka arrugó su nariz y le mostró una fugaz sonrisa llena de dulzura.

Pasaron a tomar un helado, del cual Haruka apenas pudo tomar la mitad, pero a Yamazaki no le importó. Finalmente caminaron por una pequeña feria artesanal que estaba puesta cerca de la playa esa vez.

Le compró una horquilla con una flor blanca y regresaron a la casa de Haruka. Yamazaki se quedaría allí el fin de semana.

— Makoto es una bocona —susurró Haruka mientras preparaba su infaltable caballa, a pesar del comentario su voz sonaba sumamente contenta y desde la mesa Yamazaki veía las pequeñas orejas de su novia sonrosadas. Era adorable.

— Pues deberías darle las gracias —Haruka se dio vuelta haciendo un puchero.

— ¿No me habrías invitado si Mako-chan no te lo hubiese dicho? —preguntó posando sus azulados ojos de Sousuke.

— No pensé que te entusiasmaría algo así. Eres una persona difícil de leer, Makoto lleva toda su vida estudiándote y aun así aún no te entiende del todo. Tú y yo estamos juntas hace poco más de dos semanas —Haruka suspiró y apagó la estufa, sus pasos suaves sobre la madera del piso fueron hasta donde Yamazaki se hallaba sentada. Sin preguntar, ni avisar se sentó sobre el regazo de la chica y depósito un suave beso en los labios de esta.

— Gracias de todas formas —susurró antes de que su boca volviese a estar ocupada en un nuevo beso por parte de la de ojos aguamarina.

The Firts Date of Haru-chanWhere stories live. Discover now