En una casa normal como en cualquier otra se encontraba una chica normal, su nombre era Carly. A vista de todos era una persona alegre, divertida, que disfrutaba estar con sus amigos, pocas veces se oponía a sus padres, siempre una chica "ejemplar".
Ella no salía mucho y tenía pocos amigos, pero disfrutaba estar con ellos. Sus padres no la dejaban salir hasta muy tarde, es más antes de que comenzara a oscurecer ella ya debía estar en casa. Nadie veía nada raro en ella, a excepción de su humor raro, pero divertido.
No era la mejor en las clases, sus notas no eran las más altas, no estudiaba practicamente nada, ni hacía los deberes que le pedían, tampoco participaba en las clases, con suerte pasaba el año. Ella era conciente de su situación y sus padres le decían que estudiara, que "su única obligación era estudiar", pero no les hacía caso, no estudiaba para no darles el gusto, para no hacer lo que ellos querían que hiciera.
La joven fue criada en una burbuja, una burbuja de la que le gustaría salir, pero por más que supiera como en realidad no tendría el valor suficiente. Aunque tenga la determinación suficiente y las posibles respuestas que debería decir a los distintos escenarios, al momento de confrontarlos todo se borra. Hay gente que piensa mejor en presión, pero ella al someterse a esa presión no puede pensar en qué responder para "hacerlos entrar en razón" o para "taparles la boca".
La joven seguramente le teme al poder que sus padres tienen sobre ella, poder que en realidad ella deja que tengan. Si no se los permitiera no estaría pasando por eso, se deja manipular por ellos ¿no les gusta como se viste? Se cambia.
Ella parece una chica feliz, pero en realidad no lo es, se siente indiferente ante todo, se pasa todo el día mirando series, era adicta a ellas, las utilizaba para desconectarse de la realidad, cuando terminaba una sentía un vacío, vacío que le decía que tenía que volver a la realidad, por lo que comenzaba otra.
La joven lloraba por la frustración y rabia de sentirse impotente, de no poder hacer nada. Aunque sí podía, sólo que no quería, se sentía segura tal y como estaba, segura pero vacía, un vacío que no se podía llevar con nada.
Tal y como su nombre era Carly, también podía llamarse María o Josefina Enriqueta, también podía ser un chico. En vez de ser series lo que utilizaba para desconectarse del mundo, podía ser música, dibujar o tirarle piedras al ratón del vecino. Esa persona que vive encerrada en las expectativas de sus padres, y que no la dejan hacer nada podrías ser tú, quizás no te haz dado cuenta, quizás sí y tal y como nuestra protagonista preferiste ignorarlo.
Si pasas por ello te sugiero que intentes arreglarlo, diles como te sientes, diles lo que te duele, si bien eso puede hacer que tengan poder sobre tí, también puede hacerlos pensar. Vive tu vida como quieras, no como los demás quieran que lo hagas porque en algún momento te vas a terminar cansando y acabarás explotando, todo terminaría mal, todo puede ir a peor aunque no lo creas.
Así que mírate a tí mismo, reflecciona si eres feliz, si lo que crees que está bien realmente lo está, y si no lo está cambialo y sigue refleccionando. Si no te gusta la situación en la que estás también debes cambiarla y dejar de hacer la vista gorda a todo lo que te rodea.
Y si eres uno de los padres de estos chicos: replanteate si estás haciendo bien las cosas, porque tu hijo podría pasar por varios problemas por tu culpa, quizás en estos momento "sólo", tenga la presión que tu le ejerces, pero más adelante puede tener problemas psicológicos o incluso más adelante podría no saber cómo comprotarse en la sociedad. Si está trabajando en una empresa en la que da una buena idea pero se la rechazan él puede pensar que fue una idea realmente estúpida y dejarla pasar, en lugar de tratar que le acepten.
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La realidad que posiblemente vives
ContoUna realidad que tú o algún conocido podría estar viviendo y no te das cuenta.