The Winter Soldier and The Shadow of S.H.I.E.L.D

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Su corazón latía completamente agitado, no podía ver nada por culpa de la capucha que le habían colocado sus secuestradores. Le costaba respirar, tenía miedo, mucho miedo, pero no por ella, sino por su padre y por su hermana pequeña ¿Y su habían secuestrado a Astrid? ¿Sabría su padre lo que había ocurrido?

Y es que pese a tener diez años, Abigail tenía muy claras sus prioridades. Su Familia. Había visto a su padre destrozado por la muerte de su madre años atrás cuando era una simple niña ¿Cómo saldría a delante si algo le ocurría a ella o a su hermanita?

Tenía que ser fuerte y mantener la calma, porque pasara lo que pasara, su padre le salvaría ¿Quién en su sano juicio iba a hacer enfadar al mayor fabricante de armas del mundo?

Notó que su cuerpecito volar y caer, golpeándose de manera dolorosa en su espalda. Había sido arrojada a un minúsculo habitáculo. Escuchó golpes sobre su cabeza y no pudo evitar sentir pánico, más cuando la caja de madera en la que le habían encerrado comenzó a moverse.

- Tengo que ser fuerte... tengo que ser fuerte... por papá... por Astrid... - se repetía una y otra vez intentando convencerse a sí misma mientras sus mejillas se inundaban cual cascadas.

Así estuvo horas y horas, dentro de aquel cajón de madera. No sabía que estaba ocurriendo, ni siquiera sabía que estaba siendo llevada a Rusia, donde le esperaban unos mercenarios contratados por Obadiah Stane para eliminarla o chantajear a su padre.

Lo que ni siquiera el propio Stane sabía que aquellos no eran mercenarios cualquiera, sino que eran agentes de Hydra que buscaban venganza contra uno de los fundadores de S.H.I.E.L.D, Howard Stark, el abuelo de la pequeña niña de ojos azules y cabellos morenos.

Cuando llegaron al hangar donde los soldados soviéticos esperaban, sacaron la caja sin cuidado alguno, con la niña dentro. Rompieron los clavos que había en la superficie y sacaron a Abby de allí de manera brusca para llevarla a un despacho que había en el mismo lugar. Una vez allí le quitaron la tela que aprisionaba su rostro.

La pequeña miró con sorpresa a los hombres que tenía a su alrededor

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La pequeña miró con sorpresa a los hombres que tenía a su alrededor.

- У нас есть девушка - dijo uno de ellos. Abby agradeció a la secretaria de su padre por hacerle estudiar ruso. "Tenemos a la niña" o eso era lo que ella había entendido.Hizo de tripas corazón y decidió que debía tomar las riendas de la situación.

- Что ты хочешь от меня - "Que vosotros querer de mi" articuló la frase como si de un indio se tratara, después de todo, no era su idioma natal y no entendía demasiado.

- Иди, иди, так маленькая принцесса воин - "Vaya, vaya, así que la princesita es una guerrera"Abby alzó pecho, dispuesta a hacerse la valiente, pero eso solo fue peor. Recibió una sonora bofetada del hombre que parecía estar al mando.

Ella bufó, le escupió y se ganó más golpes y que la encerraran en una celda donde la tuvieron tres días sin comida, sólo pequeños sorbos de agua estancada.

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