SLOW [HunHan/HunRene OS]

Parte Unica

SeHun suspiró apreciando su reflejo en el espejo.

El momento había llegado. Ya todo estaba listo y las personas se encontraban en sus asientos, esperando a que la celebración se llevara a cabo.
Se dijo a sí mismo, por millonésima vez en el día, que estaba haciendo lo correcto. Casarse con Irene era lo que él quería, lo que debía pasar.
Escuchó la puerta abrirse, y por el reflejo distinguió a su madre entrando a la habitación. Lucia apenada, como si estuviera arrepintiéndose de algo, así que SeHun se preparó para lo peor.

—Madre, ¿qué es lo qué pasa?—. Preguntó girándose para quedar de frente a ella—¿Hay algún problema con los invitados?

—SeHun perdóname por esto, pero tenía que hacerlo—. SeHun no comprendió en el momento a que se refería su madre, ¿perdonarla por qué? Pero cuando vio a otro chico aparecer detrás, entendió todo.
La mujer huyó del lugar dejándolos solos antes de que su hijo pudiera siquiera reclamar algo.

—Luhan, ¿qué es lo qué haces aquí?

—Créeme que venir era lo último que quería hacer, pero tú madre prácticamente me obligó a hacerlo. Puede dar miedo cuando se lo propone.

Si, eso sonaba como su madre.

—No tengo nada que...

—No te cases con Irene.

¿Había SeHun escuchado bien? ¿LuHan le estaba pidiendo no casarse, cuando días atrás estaba intentando convencerlo de que lo suyo no funcionaría?

—SeHun, por favor, no lo hagas.

—Luhan, no puedes venir el día de mi boda a pedirme eso. No después de lo que habíamos acordado—. SeHun intentó, de verdad que lo hizo, sonar seguro de sus palabras, convencido; pero teniendo a LuHan justo en frente, suplicándole con la mirada que no siguiera adelante con su boda, era imposible no titubear.

—Es simple. Podemos irnos, estaremos bien mientras permanezcamos juntos.

—No es así como funciona.

—Me amas, sé que lo haces—. La respiración de SeHun comenzó a agitarse, su mente estaba hecha un lío, y ni hablemos de su corazón.

—Claro que te amo, Luhan. Te amo más y más cada día, si es que es posible amar a alguien tanto.

LuHan dio un paso más, acercándose tanto a él, que ahora sus cuerpos estaban tocándose y SeHun tuvo que recurrir a toda su voluntad para no tomarlo entre sus brazos y besarlo como si la vida le fuera en ello.

—Entonces déjala—. Las manos de LuHan se posaron en sus mejillas, acariciando su rostro con delicadeza—. Puedo hacerte feliz.

—Tú no lo entiendes—. Retiró suavemente las manos de LuHan de modo que el chico no pudiera usar eso a su favor. Lo conocía a la perfección, LuHan siempre lo miraba y tocaba de esa manera cuando quería conseguir algo—. Incluso si no estuviera con Irene, no podría estar contigo.

SeHun observó los ojos de LuHan cristalizándose, las lágrimas amenazando con caer y se sintió como un patán por estar causando eso en la persona a quien amaba y a quien había jurado proteger en un pasado.

—Hago esto por ti. Y confía en mi cuando digo que esta es la decisión más difícil que he hecho, permanecer lejos de ti me costará todo. Pero tendré a alguien que me ama a mi lado. Debes encontrar a alguien que te ame, LuHan.

—Lo hice—. SeHun no podía negar que la respuesta lo dejó sorprendido—. Está justo delante mío—. La respiración se le cortó y pudo sentir que un nudo se formaba en su garganta.
LuHan no podía estar haciéndole esto, no ahora. Había tomado su decisión, e incluso cuando las cosas se habían formalizado con Irene ellos dos habían tenido más oportunidades que decidieron no tomar, ya no tenia sentido que siguieran lastimándose de aquella manera.