Prólogo

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El inerte cuerpo de Marian yacía sobre el regazo de Matías, quién lloraba desconsoladamente, sin poder creer lo que sus ojos acaban de presenciar. Damián había asesinado a quién se convirtió en una hermana y confidente para "El Asesino de la Rosa Negra".

El joven se lamentaba por no haber protegido a su amiga, por dejarla irse sola a casa aquella noche después de pasar un buen rato en aquel popular antro de Reforma.

Habían pasado un par de días y Marian no daba señales de vida, Matías la llamó incontables veces pero se encontraba con Damián haciendo un trabajo, quería eliminar a como diera lugar a Vladimir. Otra misión fallida.

Cuando regresó de aquella fallida misión, él y Damián sostuvieron una intensa discusión como las que últimamente sostenían a causa de la inestabilidad emocional que Matías estaba experimentando. "Pendejo" y "Pareces nuevo" fueron unas de las miles de palabras que Damián soltó hacía Matías.

Tenían una regla: No importaba que tan mal estuvieran las cosas, siempre solucionarían las cosas hablando. Y sí el cansancio no podía más que ellos, la pasión y el deseo se haría participe de la reconciliación

Pero esta vez no fue así. Matías estaba desesperado por saber que había pasado con ella. Sin más a las 4 am aproximadamente se levantó de la cama. Damián yacía a su lado, y luego de meditarlo un par de veces salió cautelosamente de la habitación procurando no despertar a Damián.

Tomo las llaves de su coche, estaban precisamente junto a una foto de él y Marian.

"No te encariñes con la puta" decían varios que conocieron a Matías, a él no le importaba, Marian se había convertido en su amiga. Cosa que mucha gente que ha pasado por la vida de este ignoto no ha logrado merecer.

Estaba cansado, el intentar eliminar a Vladimir si algo más difícil de lo que podría soportar. No podía. Al ver sus ojos algo freno su insaciable sed de sangre. Se saltó un par de semáforos pero sabía que pagar unas simples multas no sería problema. Sólo quería ver a Marian.

...

Al llegar a su casa notó que había pintada una mano, ese tinte rojo Matías lo conocía muy bien, no era pintura. Era sangre.

Sin pensarlo derribó la puerta para ingresar al departamento de Marian. Visualizó gotas de sangre, formaban una especie de camino. Matías estaba temiendo lo peor. Con la misma cautela con la que abandonó su departamento para no despertar a Damián se adentró en el de Marian y siguió el mini camino de sangre, "Bloddy Kiss" ya estaba cargada. Al entrar a la pieza de Marian su arma cayó al piso y Matías encontró en una de las sillas del comedor con un cuerpo femenino con una melena rubia, el cual se encontraba sentado, amarrado, con señales de tortura y tres balazos. Era Marian.

Algo que Matías había dejado de hacer desde hace mucho tiempo se hizo presente nuevamente...

Llorar desconsoladamente era una actividad que dejó de hacer cuando niño. El padre de Matías le decía que llorar era de débiles y de <<maricas>>. Cuando ese sentimiento lo abordaba, la mente de Matías trataba de bloquear las emociones, para evitar siquiera que sus ojos lagrimaran, pero en esta ocasión, no pudo controlarse, fue una reacción automática.

Gritaba con toda la potencia que su garganta le permitía, repetía constantemente su nombre, cuando el cuerpo de la aquella mujer nuevamente yacía en el piso, Matías se acercó y posó su cabeza en su regazo, Marian aún tenía los ojos abiertos, Matías los cerro cautelosamente y beso su frente.

La cama aún estaba tendida, Matías colocó el cuerpo de Marian y se acostó junto a éste. Solían dormir juntos y aunque aquella popular canción diga que "Los amigos no deberían dormir en la misma cama". No aplicaba para ellos, eran tan diferentes no sólo en su orientación sexual sino en todos los aspectos, lograron una química impresionante. "La Puta y el Asesino" una combinación poco ortodoxa, Matías seguía llorando y cuando volteaba a ver a Marian estúpidamente esperaba que ella despertará pero sabía que eso no sucedería, la tristeza se convirtió en enojo y Matías se paró de la cama y empezó a golpear y destrozar todo lo que tuviera enfrente.

ー ¡Grandísima Puta! ¿Por qué mierda me has abandonado? —Gritaba al cuerpo sin vida de su amiga.

Seguía pateando y golpeando los muebles, inclusive se encargó de romper el espejo favorito de Marian se encontraba de lado derecho de su cama, cuando su irá se había disipado un poco hizo un reducto de todo lo que acaba de acontecer, vio todos las cosas que rompió y nuevamente se puso a llorar.

Trato de calmarse, y se dispuso a limpiar todo, queriendo de alguna manera redimir la culpa que él mismo se había provocado. Al recoger los vidrios del espejo encontró una hoja de papel, al abrirla lo primero que encontró fue una frase, "No confíes en nadie". La tipografía era de Marian.

M.A.T.I.A.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora