Capítulo dos.

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Aquí me siento muy sóla ¡no hay nada que hacer! Yo no podré sobrevivir a esto y el tal Holisatro nada que aparece.

-Hoslatro niña, mi nombre es Hoslatro.

-¡Vaya, hasta que el señor se digna en aparecer!

-Cero y van dos.

-Sácame de aquí, yo no pertenezco a esto; dices que haga mi mundo pero no me das nada para hacerlo ¡exijo una varita mágica!

-¿Qué estás diciendo? -dice entre risas-

-¡Sí! Quiero mi varita para hacerme una casa, un centro comercial, ropa super a la moda y todo eso que tenía.

-El día que dejes de ser tan vanidosa comprenderás en lo que consiste la magia.

-¡Yo no soy vanidosa, sólo soy di-vi-na!

-Si no te doy las herramientas para hacer tú mundo es por que tienes que descubrir sola todo lo que te rodea: tienes un mundo lleno de posibilidades, allí, en tus narices. Sólo tienes que comprender algo ¡NO ERES UNA PRINCESA Y ESTO NO ES UN CUENTO DE HADAS!

Hoslatro desaparece.







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