VACENA.

Capítulo tres.

Podría asimilarlo pero no se cómo hacer todo esto, recuerdo una clase "Miguel Ángel hizo muchas cosas sin recursos y sin electricidad ¿qué podrías hacer con todo lo que tienes a tu alcance, si él hizo tanto con tan poco?" Tiene razón, soy capaz de todo lo que me proponga, sólo es cuestión de confianza y entrega, "pasión."

Comencé a caminar por aquel universo sin salida, cada paso que daba era una sensación diferente: imaginaba todo lo malo que habitaba en aquél otro lugar del que venía, todo aquello que me encantaría cambiar; mi mundo perfecto era lo contrario a lo que conocía, tal vez he sido caprichosa, vanidosa y nada humilde -No piensen mal, sigo siendo di-vi-na- pero nunca insensible, todo lo que tendrá este lugar será perfecto, sin violencia, depresión, odio, injusticia, hambruna... Si Hoslatro es tan poderoso como dice ¿por qué nunca hizo algo para cambiar todo aquello?

No quiero ser como Hoslatro, quiero ser la mejor versión de mí y por eso voy a conseguir todo lo que quiero.

Seguí caminando hundida en mis pensamientos... En los sueños idealizamos todo a nuestro antojo por lo cuál, nuestras mentes deciden que es verdad y que no, nosotros idealizamos prácticamente todo pese a no ser real, por lo mismo en nuestros sueños plasmamos lo que con el tiempo hemos idealizado, obviamente no lo soñamos siempre, lo soñamos una vez que hemos perfeccionado otras cosas y así poco a poco crear la perfección en nuestros sueños. Lo que buscamos es crear nuestro "mundo," lo ideal o perfecto para nosotros; lo logramos el día que dejamos de soñar con ello. Una vez que ese espontáneo sueño termina es por que logramos la perfección que tanto idealizamos.

Me resultaba algo increíble el pensar todo lo que podía lograr, nunca imaginé que fuera capaz de tanto "como en un sueño"; se que aún ni siquiera lo hago pero sé que lo voy a lograr por que confío en mí y ya sabes: "todo es posible si tú lo crees."

Encontré una pequeña piedra (algo peculiar ya que tenía pequeños diamantitos sobresalientes), decidí llevarmela. Seguí caminando; en aquel lugar no existía el día ni la noche, por más extraño que parezca eso me aliviaba enormemente ya que le tenía pánico a la obscuridad -la noche es obscuridad- y en la noche ocurren las peores cosas. Lo primero que haré será deshacerme de todo lo que conlleve a la obscuridad.