Después de esa entrada triunfal de Elizabeth al consultorio y una breve presentación de ella hacía a mi impartida por mi madre, llegó el momento de irme, me despedí como de costumbre con mi madre, tomé una paleta del bote que tiene mi madre para darle a sus pacientes y me fui.
Subí al auto y de pronto revisé mi celular, mi asombro por ver la hora y las 18 llamadas perdidas de Pamela en mi celular.
-Creo que he desatado a un demonio- dije mientras encendía mi auto.
Llegue a casa de Pamela, no sabía si pedir perdón por la tardanza o por no contestar las llamadas que hizo a mi celular
-Mi-Mi-mi amor, perdón, me atrasé un poco en el trabajo de mi madre- dije a Pamela, mientras tomaba su mano.
-¿crees que a mi me interesa que hayas hecho?, yo solo necesito llegar a esa reunión de Internet World, así que apúrate y llévame- dijo Pamela, molesta y hasta un poco arrogante.
-Bien, sube al auto, vamos- dije antes de subir al auto y conducir a la "Famosa reunión de internet World" un grupo de jóvenes pretenciosos de mailbook.
Llegamos a la reunión y todo bien hasta ese maldito instante en el que el seguro del auto se desactivó y las puertas se pudieron abrir, Pamela sin más pensarlo bajo del auto y corrió hacia los brazos de cientos de personas que estaban ahí, poco a poco me fui acercando a la multitud, y aunque algunos trataron de mostrarse con una sonrisa agradable, otros mostraron una cara de desprecio, como diciendo en ellas que no debía estar ahí si mis fotos no estaban arriba de 200 likes, seguí caminando hasta Pamela y justo ahí me dijo:
-¿Que haces aquí? ¿No te ibas a ir a casa a ver tus películas?-
-Si, bueno, de hecho ya me voy, háblame para pasar por ti.- exclamé un poco dolido por tal acción.
Regresé al auto, subí y me fui a una montaña solitaria que está cerca de mi ciudad, apague mi celular y decidí por escuchar música.
Pasaron las horas, solo quería estar bien, quería pasar el día con ella, y ella ocupada con sus amigos que apenas acababa de conocer en esa red social, encendí mi celular y me di cuenta de la hora.
*2:30 pm*
-carajo, mi madre sale a las 3:00- dije fuertemente.
Encendí el auto y me fui directo al consultorio, donde por un poco más y no alcanzaba a llegar.
-Lo siento ma, ya sabes, ya sabes cómo se pone el tráfico a estas horas- dije a mi madre mientras subía al auto.
-No importa hijo, de cualquier manera haremos tiempo, Elizabeth irá con nosotros a comer a la casa, la invite para que entre en confianza- dijo mi madre.
Esperamos alrededor de 15 minutos y salió Elizabeth, pues necesitaba dejar listos los registros de pacientes, subió al auto y empecé a conducir.
-¿eres de acá?- pregunté a Elizabeth.
-No, soy de Monterrey pero por problemas, me vine a vivir acá hace poco más de 6 meses- contestó Elizabeth.
-bien, ¿vives sola?- Respondí
-No, o bueno, si pero solo de lunes a jueves, pues son los días que mi novio se va a trabajar a una comunidad- dijo mientras destapaba una bolsa de ositos de goma.
Me quede callado y seguí conduciendo hasta llegar a casa, pues siempre me he dicho que si no tengo nada inteligente que decir, es mejor callar.
Llegamos a casa, metí el carro al garage y todos bajaron.
Me quede pensando en Pamela, ¿por que cambio?, ¿por que me trato así?.
Sintiéndome un poco decepcionado entre a la casa y fingí una sonrisa y platiqué con mis hermanas quienes estaban sentadas en la mesa, junto a mi madre y Elizabeth.
-Yo quiero doble ración de esa costilla horneada, por favor- dije a nuestra cocinera Lali, quien era un amor de persona, pues siempre nos consentía.
-Doble ración, para el que se desapareció todo el día- contestó Lali en forma de burla.
-Lo se, lose, ya saben cómo es Pame, de hecho dijo que vendría a casa.- dije en voz alta.
Me puse a comer cuando el timbre sonó, me levante de mi silla y fui a abrir la puerta, al abrir ahí estaba Pamela.
-Hablando de ella, aquí está- dije mientras hacía pasar a Pamela a la casa.
-Hola a todos, que rico huele ¿que hiciste hoy Lali?- exclamo Pame
-Costillas al horno, Pam, la familia tiene visitas- respondió Lali y con la ceja haciendo de señas para que volteara a la mesa.
-Pame, ella es Elizabeth, Elizabeth, ella es Pame, mi novia- dije.
-Un gusto- Contestó Elizabeth
-El gusto es mío-Respondió Pame mientras tomaba mi mano y me daba un pequeño beso en los labios.
-Chicos, ya a comer la verdadera comida, antes de que se enfríe.- dijo mi madre en tono de burla.
-Cuéntanos de ti, Elizabeth- dijeron mis hermanas emocionadas.
-pues mi nombre es Elizabeth, pero díganme Eli, tengo 21 años, estoy terminando mi carrera como enfermera pero tengo que trabajar dentro de un consultorio 1 año como prácticas laborales así que si madre me dio la oportunidad de trabajar con ella y pues creo que es todo, me verán seguido por aquí- exclamo Elizabeth.
-¿Y tienes novio?- Pamela un poco celosa contestó.
-Si, si tengo- respondió Elizabeth un poco confundida por la pregunta.
Terminamos de comer y nos fuimos a mi Cuarto.
-Amor ¿me ayudas a terminar este proyecto? Es para el lunes y no he avanzado nada.- le dije a Pamela.
-¿y por qué no le dices a tu "Amiguita" la enfermera?- respondió Pamela en un tono de enojo.
-No porque tú eres mi novia- le contesté seguido de un beso pequeño.
