Y ahí estaba Dalilah, en el parque, sentada con una libreta en sus piernas y un plumón dibujando mandalas.
Sabía que Noah aún no salía de clase así que no le quedaba de otra que esperarlo.
Se encontraba tan entretenida trazando pétalos y diferentes patrones en la hoja hasta que involuntariamente alzó la vista y ahí venía.
Aquel chico que le había robado más de un suspiro.
¿De verdad venía hacia ella?
El castaño venía con una sonrisa, se podía notar que él también estaba nervioso, pero Dalilah no podía pensar en otra cosa más que en él.
—Hola —dijo él al llegar al sentarse junto ella.
—Hola —respondió dejando salir una pequeña sonrisa de nervios.
—¿Qué haces?
—Dibujar, pero soy pésima —comentó.
No sabía que decir, estaba hablando con su crush y no era a través de cartas.
Ambos estaban algo nerviosos.
—No es verdad, deben ser geniales.
Dalilah le mostró la libreta e hizo una extraña cara que decía "¿En serio?"
No era muy buena haciendo dibujos pero tampoco le iba tan mal, tenía unos cuantos errores pero era cuestión de práctica.
Noah sonrió. Dalilah amaba su sonrisa.
Hablaron un buen rato, el tiempo se les pasaba volando. Dalilah no dejaba de observarle de vez en cuando, apreciaba observar como su rostro se le iluminaba cada que sonreía.
Adoraba observar sus ojos, incluso se molestaría en contar cada pestaña solo con tal de ver sus ojos.
Contemplarlo era tan satisfactorio como ver un atardecer.
Y ella amaba los atardeceres.
—Tengo que irme —anunció Noah.
El momento que Dalilah no quería que llegara a su fín iba a terminar.
—Supongo que te seguiré enviando cartas —sonrió Dalilah.
—Esperaré tus cartas entonces —sonrió esta vez Noah.
Las mejillas de Dalilah se tornaron en un ligero rojo carmesí.
Estar con Noah fue un momento muy tierno y ambos se hacían reír. Ella no comprendía por que una chica pudo rechazarlo tan cruelmente como lo habían hecho.
Sin darse cuenta, ambos se estaban acercando de a poco. Sus lentas respiraciones chocaban y en un par de segundos más unieron sus labios en un tierno y cálido beso.
Dalilah podía sentir como su corazón se detenía y bajaba en un fuerte pulso por su estomago. ¿Eso era a lo que las personas se referían con sentir "mariposas en su estomago"? Por que ella sentía un zoológico.
Al separarse, aquel chico la miró con esa sonrisa que tanto hacía que Dalilah se derritiera.
—Nos vemos después —dijo Noah.
Dalilah sonrió y contempló una vez más aquellos ojos verdes y una sonrisa velada.
—Adiós —dijo antes de que se alejara.
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Okay, lamento desaparecerme
pero aquí esta.
Honestamente no actualicé pronto por que me dolió escribir esto (no tanto pero
sí) porque tenía que recordar mi pasado para esto y otras cosas.
Gracias por leerme, ya son
más de 5k leídos, me hacen
muy feliz 💘
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