Cariño. →Larry.

4

8 meses.

"¡Basta Harry me times harto!" la voz de William se hacia sonar por toda la casa, llevaban discutiendo por alrededor de media hora, debido a que Will nuevamente iría a una de sus tantas visitas rutinarias al médico y Louis de verdad trataba de no escuchar la conversación de su hermano.

"No puedes estar fuera de la maltida casa todo el tiempo, soy tu prometido, nuestro hijo también necesita que tú estés aquí." La impotente voz de Harry se hizo escuchar esta vez causando un escalos fríos en la espalda de Louis mientras bajaba lentamente las escaleras mirando a la pareja en medio de la sala.

"¿Mi hijo? Ese bebé no es nada mas que mi sobrino ¡Sabes que no puedo tener hijos!"

"Ya cierra la boca William." La voz de Harry fue tan fría que los hermanos Tomlinson sintieron su piel ponerse de gallina. "Fue tú jodida idea todo esto, tú puedes desligarte, más yo no lo haré." Las lagrimas salían de los ojos del castaño menor, se apoyo en la muralla mientras acariciaba si abultado abdomen ya que había comenzado a doler.

"Claro que ese hare." William tomo su chaqueta colocándosela dándole una fría mirada a ambos. "Se lo que pasa entre ustedes dos, no soy tan imbécil." Se quito su anillo de compromiso y lo tiro al pecho del rizado. "Pero no te sientas mal, yo también la estaba pasando muy bien." Dejo escapar una cínica risa caminando hacia la puerta.

"¿Qué? No puede-"

"No seas descarado Harry, se sobre tus sentimientos a Louis. Se de tu engaño en mi cumpleaños, tú tampoco eres un santo, dime hermanito." Se volteo dirigiéndose esta vez hacia el ojiazul. "¿No te da vergüenza revolcarte con mi prometido, pequeño?"

Louis negó rápidamente llevando una mano a su boca, quería decir algo pero los fuertes dolores en su abdomen comenzaron a hacerse más intensos y seguidos.

"Ambos son despreciables." Fue lo último que dijo William antes de salir de la casa dando un fuerte azote a la puerta.

Harry suspiro pasando sus manos por el rostro hasta su cabello halando un poco este, es verdad que el último tiempo ya no sentía lo mismo por William pero no negaba que le solía su traición. Salio de sus pensamientos cuando escucho un quejido fuerte y agudo provenir del pequeño castaño.

Éste, con sus ojitos llenos de lágrimas, lloriqueo. "Harry...el bebé"