.:: Capitulo#1.1::.

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= Sueños Rotos =


Padre: Isaac porfavor entiende Nos Abandono...Abandono... Abandono... Ella no nos Ama, Nunca lo hizo... ISAAC!! -

Isaac: no... no... NOO! - se despierta con respiración agitada - ¿mamá? -

Hubo una vez, un niño pequeño llamado Isaac del cual poco se sabe, más que era un niño que todo el tiempo deseaba huir de su propia vida o realidad. Un niño valiente y bueno que, apesar de todo lo que le ocurría, podía responderte con una gran y enorme sonrisa. Un niño de hermoso corazón, que amaba tanto a sus padres apesar del daño que aveces le causaban conciente o inconscientemente con lo que ellos hacían; sobre todo amaba a su madre, la luz de sus ojos y razón de tanta inocencia en tan brillantes ojos llorosos.

Pero en una noche, así como cualquier otra, su madre no llegaba a casa y su padre no salía de su avitacion en todo el día.

Isaac se preguntaba -¿Donde esta mamá?- tocaba la puerta de la enorme avitacion de sus padres para aclarar sus dudas; a lo que su padre respondía alterado - Lárgate de aquí Isaac, ve a tu avitacion ¡es una orden!-
Isaac con su ya usual nudo en la garganta obedeció sin reproche alguno, dudoso del gran cambio de sus padres.

Su padre siempre avía sido de un gran carácter fuerte, importante e inquebrantable y aunque nunca parecía estar en casa por su trabajo, de repente había comenzado a salir temprano y su madre a llegar más tarde.
Su madre una mujer muy bella, que para los ojos de Isaac, era la bondad pura.

Isaac entro a su avitacion, su coartada, refugio y pequeño gran lugar de sueños y se tumbó en la cama mientras abrazaba una almohada, entre la tenue avitacion alumbrada por la belleza de la misma luna que pasaba por la ventana, tomo un libro de su mesita de noche y con un ligero movimiento de su mano alcanzo a prender su lámpara de mesa, para hací leer un poco y distraer su mente. Sentía las lágrimas escurrir por sus mejillas poco a poco, pero él sonreía ante las borrosas palabras de su divertido libro de aventura. Comenzó a sentirse solo. Cerró su libro y miro un momento al techo perdidamente
- No quiero ir a la escuela mañana- dijo su dulce voz, pues en ningún lugar se sentía agusto y menos en si colegio, además, aya sus problemas solo aumentaban.

Entre un largo y cansado suspiro, tomo su amado ukulele y compuso una pequeña canción mientras jugaba con sus cuerdas

- Si tan solo me dijeras
Qué es lo que te pasa,
Yo lo entendería,
Te entendería.
Si tansolo me dejaras
Saber lo que sucede,
Yo lo entendería,
Se que lo entendería
Con uuna soonriisa ~
Lo superaría
Lo superaría
Oh si lo entendería...-

Siguio y siguio cantando hasta que se vio interrumpido por un gran estruendo en la sala.
Isaac bajo cautelosamente aún con su ukelele en su mano y se agachó frente a las escaleras asomándose entre las estructuras que sostienen el pasamanos de estas, y guardo silencio mientras miraba abajo lo que pasaba.

Una silla salió lanzada de la sala hasta la cosina y los gritos eran insoportables

- Cálmate Ernesto! Despertarás a nuestro hijo -

- ¿Que me calme? No me pidas que me calme ¿Cres que esto no tiene tanta importancia?-

Discutían y discutían, gritaban y peleaban, y de un momento a otro, todo había empeorado.

- ¿Que no piensas en nuestro hijo?-

- ¿Nuestro hijo? Valla, ahora sí te importa ¡¿Quieres que valla con él y le cuente qué clase de madre tiene?!-

- No Ernesto porfavor, él no tiene nada que ver con esto, ¡es solo un niño! lo destrozaría...-

- ¡¿Porque no pensaste eso antes de irte a tener otra familia?! Ja tu viajesito del trabajo ¿No?-

- ¿Así? Por lomenos "esa" familia resulta mejor que "está" familia totalmente!-


Eso y muchas cosas más, quebraron al pobre niño inocente; quien solo soltó su pequeño y bonito ukelele blanco el cual callo tansolo aún lado, para tapar así con ambas manos sus labios mientras sus claras y cristalinas gotas de agua salían de sus rojas lagrimales hasta sus cuencas. El ukelele al tocar el suelo, hizo resueno en la casa, un breve y ligero sonido de sus bellas y resistentes cuerdas, que fueron suficiente, para que que todo se tornará en un frío y notable silencio.

- ¿Isaac?... - susurro la madre para ella misma, cubierta de lágrimas sin poder moverse o decir algo más y el padre en shock ante el corazón agrietado de su único y amado hijo; aunque no lo podían ver o escuchar decir algo, resentían sus propias palabras y la erida que avían causado a aquel amoroso niño -Hijo... ? - dijo el padre en lágrimas volteando a todos lados buscando con la mirada al pequeño Isaac. Pero Isaac ya no estaba más ahí.

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⏰ Última actualización: May 21, 2018 ⏰

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