Capítulo tres.

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Se escuchaban las gotas de lluvia caer, las ventanas mojadas y empañadas por el frío que hacía, se podría decir que por el momento no estaba tan fuerte pero el clima tenía cara de que aquello podría empeorar así que básicamente su día se veía arruinado por completo.

Odiaba demasiado aquel clima, dejaba calles mojadas y en otras partes se inundaban o entra agua por donde no se supone que debería entrar. Además que la temperatura subía obligando a la chica que tuviera que abrigarse más de lo que normalmente hacía. Aunque al parecer en aquel lugar se sentía mucho más el frío que en su casa, lo que le daba una sensación extraña en su ser, no estaba acostumbrada a sentirse de esa forma pero no le prestaría mucha atención, de hecho lo que le interesaba ahora era el por qué todo el lugar estaba tan tranquilo, era relajante y todo pero no era algo normal.

Salió del cuarto en camino hacia la sala, buscando con la mirada presencia alguna de la cabellera de alguien, no encontró a nadie en aquel lugar, por lo que siguió a la cocina y se encontró con una pobre alma cocinando algún aperitivo.

—Hey, Min. — Se escuchó haciendo sobresaltar al mayor quién le dedicó una mueca de disgusto al verle. — Eing, perdón pero, ¿Sabes dónde están los demás?

—Tres están en la agencia yo y Jungkook estamos solos aquí, ¿Buscabas a alguien en específico?

—Oh, de hecho se me hacía raro tanto silencio y quería preguntarle algo a Tae.

Se llevó una mirada del contrario conforme tomaba su sandwich y caminaba hacia la salida del lugar, éste pronunció un sonidito de afirmación antes de llegar a desaparecer del campo de visión de la chica. Entonces notó que Min era de muy pocas palabras, desde que había llegado no lo escuchaba integrarse tanto, aunque no parecía mala persona, su silencio era cómodo en cierta parte.

Un suspiro se escapó de sus labios y dejó caer su cuerpo en el suave y esponjado sillón verde del salón, ¿Qué se suponía que debía hacer? En su casa tenía una rutina de leer o releer libros de su estantería, acá no estaba aquella obra de arte y solo podía dormir, cosa que probablemente hiciera por motivo de la comodidad que sentía su cuerpo. Se acomodó un poco nada más y vio sus pequeños pies los cuales ni si quiera llegaban a la mitad del mueble.

De pronto un escalofrío envolvió su cuerpo al sentir como la presencia de una mano recorría por su antebrazo, aunque no le gustaba tanto un contacto así de cercano no podía asegurar si la estaba tocando alguien realmente o su mente le estaba jugando una mala pasada. Cualquiera de ambos era válido.

—Es un buen lugar para dormir. — Su voz hizo que la menor pegará un mini brinco en su lugar, sintiendo como su corazón se aceleraba y palpitaba con fuerzas, que susto, le tiraría un cojín si no fuera porque no sé atrevía aún a tener aquel tipo de confianza. — Todos los que se acuesten ahí siempre se duermen.

—Es cómodo, muy entendible supondré.

—¿Estás consciente de que eres muy linda? —Expresó con gentileza intentando sentarse cerca de la chica la cuál ahora estaba con unas mejillas color carmesí. — ¿Tienes fiebre?

—No, solo no esperé que dijeras algo como aquello...

—¿Segura? Porque puedo ir por hielo y pastillas por ti.

—Déjalo, Jungkook, gracias. —Desvió su mirada e intentó evitar mirarle aunque había algo en él que le encontraba parecido a otra persona lo que hacía que vinieran unos pocos recuerdos a su cabeza.

Había pasado tiempo pero era inevitable no recordarle y no le gustaba aquello. Ojalá existiera un botón para desactivar aquella opción.

Nuevamente se hizo presente el silencio durante un buen rato, algo de incomodidad se sentía por el aire de parte de ambas personas, a veces la chica con aquella acciones solía crear ambientes incómodos a la perfección, debería trabajar para sacar un título de aquella profesión, sería la mejor del mundo, quizás lo considere al terminar su colegio.

Ojalá existiera, ganaría mucho dinero.

De pronto hubo algo que rompió el ambiente, el sonido de un timbre chillón y lo suficientemente alto para que se escuche por todo el lugar, la chica se levantó de forma casi inmediata y caminó hasta la puerta que no tardó en abrirla, sorprendiendo se al notar a  alguien conocido ante sus ojos.

¿Cómo era posible que la encontrará?

Estaba segura que nadie tenía idea alguna de dónde estaba viviendo actualmente, era algo cansado.

La chica no quería ni verlo pintado, no quería escuchar su voz, no deseaba ver su atractiva carita, no y no. Quería cerrarle la puerta en toda la cara y tirarle un florero, quería hacer de todo para que aquel chico desapareciera de su vida pero lo más rápido posible. No podía continuar si él seguía de esa manera.

—Te extrañé demasiado, cariño. —Pronunció el rubio extendiendo un pequeño ramo de flores hacia la chica. — ¿Por qué no me dijiste que estarías temporalmente con tu hermano?

Mientras tanto la chica intentaba no perder el control, había una tercera persona en la habitación que estaba viendo todo aquel espectáculo desde su asiento, estaba no un tanto, estaba demasiado sorprendido por lo que estaba sucediendo.

¿Su amor se había convertido en algo platónico?

Que triste se estaba volviendo su vida.

¿Será qué...?


La hermana de Jin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora