"Porque incluso el esfuerzo es en vano, y los finales felices no son para todos."
Pequeños One-shots referentes a los "Brute End" de cada diaboy.
♕No plagiar plis.
♕Los personajes de Diabolik Lovers no me pertenecen, créditos a su respectivo autor
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❧Reiji Sakamaki ✎Ruta: Lost Eden (Manservant End )
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❝Porque incluso el esfuerzo es en vano, y los finales felices no son para todos.❞
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Su cuerpo desnudo aún reposaba en su inmensa cama, mirando hacia el gran ventanal que dejaba atravesar los pocos -pero alumbrantes rayos de la luna bañada en carmín-, sintiendo como una extraña y gran ola de sentimientos chocaban contra ella ahogandola hasta un punto en que prefería perderse en lo profundo de aquel mar melancólico; tan triste, tan miserable, y sin ningún sentido aparente.
Cuando subió al trono por haber obtenido la fuerza del anterior Rey de los vampiros -KarlHeinz- y fue proclamada "La reina del Edén", su memoria había tenido ciertos recuerdos nublados de aquel día, como si algo faltará en ellos.
No, más bien alguien.
Aquellas reminiscencias le habían atormentado desde hace 1 siglo, desconcertadola plenamente y provocándole un vacío existencial. Los sueños solo eran pesadillas constantes en cada momento que sus ojos se sentían pesados, mostrando imágenes borrosas y una voz ronca suplicando que lo matará. Ciertamente estaba más que aterrorizada hasta la médula por ello, quizo intentar recordar con exactitud su pasado, o ciertas partes de el para hallar el sentido a todo lo que acontecía en sus sueños, sin embargo, los esfuerzos fueron nulos y sólo provocaron continuos dolores de cabeza y llantos a media noche.
Admitía que le hubiese gustado seguir sumergida en su soledad por unos minutos más, pero no podía, como reina del Edén sus obligaciones eran mantenerlo tal y como estaba, por lo que no podía tomarse el lujo de sollozar como solía hacer en su antigua recámara de aquella mansión de los Sakamaki.
Si, aún los recordaba a todos ellos.
Más bien a la mayoría.
El menor de todos nunca pasaba desapercibido por su actitud desconcertante y furica hacia sus hermanos, o mejor dicho, con todo lo que se le atravesará. El pelirrojo siempre siendo tan egocéntrico, nombrandola por ese absurdo apodo creyéndose el poseedor de todo lo que era de su agrado, aunque en ciertas ocasiones le causaba gracia su personalidad de niño pequeño y malcriado. El peli-morado que era tan "reconocido" por aquellos gritos y llantos exagerados, con su fascinación a los dulces y su personalidad tan desquiciada que daban ganas de querer huir siempre de él. Laito tampoco era la excepción cuando se trataba de llamar la atención, su mentalidad llena de erotismo y deseos imprudentes le asqueaba a la joven, era como si la no-vida del castaño solo dependiera de las relaciones intimas y de ver a cuantas podía llevar a la cama. Y el último, el mayor de todos, siempre holgazaneando por toda la mansión siendo tan intransigente, tan inútil, tan...
