De heridas abiertas y corazón cerrado.
No siempre hay palabras para explicar lo que sientes. A veces, solo una pequeña brisa desata la tormenta. Es tan duro nadar contra corriente, sentir que nada encaja, sentirse perdida...
Entonces llega la calma, sientes dolor, pero ya no es tan tuyo, fluye. Te tiemblan las manos mientras se cubren de rojo y tus ojos se cubren de lagrimas, y sonríes mientras se te escapa un suspiro. Que simple se vuelve todo cuando, por un instante, no son tus pensamientos los que arden.
El arrepentimiento llega días más tarde, pero comprendo que gracias a mis decisiones sigo ahí, viva. Me perdono, pero no puede volverse a repetir, debo ser fuerte...
...pero se vuelve un vicio, ser débil, dejar que la inestabilidad te corrompa.
