Mélite

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Les contare unos años antes de que todo fuera un desastre

Era un día normal en la playa y todos estábamos compartiendo una comida mientras reíamos por mis torpezas yo tenía apenas 10 años y jure que ese momento nunca lo iba a olvidar y se cumplió pero no de la forma que esperaba; con mamá decidimos hacer una carrera en el mar, era nadar apenas unos 3 o 5 metros de distancia y volver a la playa, la primera que llegara ganaba un postre de café que vendían cerca de casa, en ese momento yo ya había entrado al equipo de natación y era la mejor de todas *palabras de mi maestra*, pero como era lógico mi madre tenía una ventaja demasiado grande pues ella podía nadar a velocidades increíbles en un solo segundos al final ella llego 30 segundos antes que yo y mientras nos poníamos nuestras toallas y nos reíamos notamos que faltaba Albert, yo sin saberlo le dije a mi madre que algo malo se acercaba sin saber que me refería a él, mi madre se vistió rápido y yo la imite sin saber muy bien a que le teníamos que huir en cuanto llegamos al carro lo descubrí Albert estaba amarrado con todos los cinturones de seguridad moviéndose frenéticamente intentando liberarse mientras gritaba vulgaridades seguidas de mi nombre, a mi madre se le salió una lagrima la cual limpio rápidamente e imploro a todos los dioses que la ayudaran a sobrellevar esta situación tomo mi cara en sus manos me sonrió y me dijo que llamara a un taxi para que me llevara a casa asentí y le prometí que todo iba a estar bien pero ambas sabíamos que era muy difícil cumplir esa promesa y por primera vez en toda mi vida no obedecí a mi madre y me quede husmeando como era que ella lograba que Albert volviera ser el mismo y no esa bestia en la cual se convertía así que decidí esconderme en los arbustos cercanos al auto y espere, dos minutos después mamá volvía al lado de este y abría la puerta mientras decía palabras en un idioma que no conocía, después de unos minutos cuando parecía que las cosas se habían calmado detrás de mi madre apareció una figura medio transparente que sostenía un cuchillo completamente real; podía ver como la hoja reflejaba un poco de luz del día al parecer mi madre no se había percatado de esto ya que estaba con la cabeza gacha mirando a Albert quien parecía que se hubiera quedado dormido pero tenía una pequeña arruga en medio de sus cejas, la figura levanto el cuchillo en dirección a mi madre y en medio de mi temor corrí hacia mi madre y la cubrí con algo así como una ¿luz?, un domo de luz, hasta el día de hoy no puedo explicar cómo lo hice y aunque he intentado volverlo a hacer nunca pasa nada, en ese momento sentí como hasta la más pequeña parte de mi cuerpo se calentaba por esa luz, pero, no era algo que te quemara era algo más que te brindaba protección, mi madre solo se quedó mirándome con cara de sorpresa mientras que fuera lo que fuera ese ente gritaba y aullaba de dolor, después de unos segundos pude ver lo que creía que eran sus ojos los cuales me miraban con el odio más grande del mundo y luego se esfumo. Al llegar a casa mi madre y yo tuvimos una larga plática sobre lo que había pasado y aunque ella me preguntaba como lo había hecho yo no tenía las respuestas para eso y hasta el día de hoy aún sigo sin saber cómo paso o para empezar que fue eso...  

Pero se los juro no siempre era así existían ocasiones que solo pasaba una o dos veces por mes cuando era pequeña pero a medida que fui creciendo las "crisis" como lo llamábamos fueron más frecuentes al punto de que a mis 16 años pasaban casi todos los días y la situación se empeoró cada vez al punto de tener que usar un cuarto de la mansión y convertirlo en una celda la cual estaba encantada para retener a Albert ahí hasta que estuviera en sus cinco sentidos, el problema es que hacia una semana Albert no volvía a la normalidad y a la única que parecía odiar era a mí. La situación en la que estábamos la odiaba y más de una vez le pedí a mi madre que nos fuéramos y lo dejáramos tal vez así la condenada bruja nos dejaría en paz pero mi madre decía que no podría hacer eso ella estaba unida a él hasta que la muerte los separase y no sería capaz de dejarlo a solas con esa bruja, pero yo no podía aguantar más así que prepare mis maletas y me decidí a irme no quería hacerlo sin mi madre pero la vida ahí ya era un infierno y si ella prefería hundirse con Albert que huir con su hija respetaría su decisión.