Dora

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Tonks

Llegamos a la casa de mis pares tomados de la mano (por la aparición continua) y tocamos la puerta. No se de donde, ni como, pero Remus tenia un pastel de chocolate en sus manos.

- ¿De donde apareció? -pregunte señalando el pastel en sus manos

- Bueno... se hacer magia, Tonks -dijo sonriendo de medio lado. Se miraba tan atractivo que me quede contemplándolo mas tiempo de lo debido. En ese momento mi padre salio a abrir la puerta.

- Dora, cariño -me saludo mi padre con un abrazo, después se volteo a Remus- Remus, hijo -saludo mi padre igualmente con un abrazo.

- Señor Tonks, ¡Que gusto volver a verlo!  -hablo afectuosamente, como si se conocieran desde hace años. 

- Dime Ted, Remus -le dijo una vez que se separaron- Pasen, Andromeda esta en la cocina

- Gracias -dijo Remus entrando a la casa. La casa de mis padres era algo grande. Nos dirigimos al comedor, en donde ya estaba puesta la mesa. Mi madre salio de la cocina y de tras de ella, la comida venia flotando colocandoce delicadamente en la mesa. 

- Remus, hijo, ¡Me da gusto verte! -saludo afectuosa mente mi madre "¿Ni a mi me salida así!"

- Señora...

- Nada de señora Remus, llámame Andromeda -alego- Oh, no te hubieras molestado -dijo señalando el pastel que Remus tenia en manos

- No me molesta, Andromeda -dijo amablemente.

- Por lo visto sigues igual de amable -dijo mi padre entrando

- E igual de atractivo, ¿No crees Nymphadora? -pregunto mi madre. En ese momento mi cabello cambio a mil colores

- ¡Madre! -le dije completamente sonrojada- Y no me digas Nymphadora -le alegue, a lo que ella ignoro olímpicamente.

- Veo que no lo niegas, eh -volvió a decir "Tragame tierra" Me voltee a Remus, el cual me miraba con una sonrisa divertida

- Lo siento -le dije en voz baja totalmente roja

- No te preocupes -me dijo con una sonrisa- No es por nada pero, pareces manzanita -me dijo tratando de ver mi cara. Lo fulmine con la mirada tratando de aguantar una carcajada, pero no pude y ambos terminamos riendo. Nos sentamos a cenar, mis padres hablaban con Remus del pasado, del Ministerio, de su carrera y de un tema que no entendí sobre la luna y como la pasaba.

- ¿Y como la pasas con la luna?, hijo -pregunto mi padre a Remus

- Bueno, gracias a Kingsley muy bien. Es mas tranquilo -contó amablemente

- Me alegro mucho. -afirmo mi madre- Recuerdo cuando James, Peter y Sirius te acompañaban. Ustedes cuatro eran tremendos, y no lo niegues Remus, tu también lo eras. -le dijo a Remus, quien solo rió.

- No se niega Andromeda, pero hay que reconocer que era el mas sensato de los cuatro -dijo mi padre a mi madre 

- Tonks, ¿Me pasas la sal, por favor? -me pidió Remus amablemente

- Claro -dije y se la pase

- ¿Ya no le dices Dora? -le pregunto mi padre a Remus "¿Que?"

- No pensé que aun le dijeran así -expreso Remus

- ¿De que hablan? -pregunte totalmente confundida

- Bueno Dora, lo que pasa es que yo ya te conocía. La primera vez que te vi usabas pañales -dijo sonriendo, como recordando el momento.

- ¿En serio? -pregunte tratando de recordar, pero no se me venia nada a la mente.

- En serio -contesto mi madre- ¿Recuerdas la foto donde estabas con aquel chico que me decias que era lindo y atractivo? -me pregunto mi madre

- Si -conteste firme

- Bueno, pues el es Remus -me afirmo. "Hay no"

- ¿Me tomaron una foto con Dora? -pregunto

- Si, cuando jugabas con ella. Tu padre había insistido en tomarla

- ¿Puedo verla? -pregunto sonriendo

- ¡Claro! -respondió mi madre- Ted cariño, vamos a buscarla, no recuerdo muy bien donde esta -llamo a mi padre

- ¡Claro! -contesto y se fueron a buscarla.

- Así que si soy atractivo -me dijo picaramente

- ¡Remus! -exclame apenada, a lo que el rió.

- Sabes, ahora que recuerdo, yo te hice una promesa... una promesa que ya cumplí - me dijo pensativo

- ¿A si "Mister atractivo"? ¿Cual? -pregunte siguiéndole el juego 

- Bueno, yo te prometí que haría que tu nombre te gustara, y por lo visto a ti te gusta que te digan Dora, ¿O no? -dijo y... la verdad si me gustaba, pero no sabia que el había creado esa abreviatura de mi nombre. Lo vi por unos segundos y después me cruce de brazos.

- Hiciste trampa -me queje en tono infantil

- No la hice -alego

- Si, la hiciste -dije dándole un leve codazo

- No -dijo regresandome el codazo

- Si -le di un leve empujón

- No -dijo haciéndome cosquillas

- Remus... Pa-para -le suplicaba entre risas- REMUS.... -solté una carcajada. El también reía. Se paro de su silla sin dejar de hacerme cosquillas y se coloco en frente de mi. Intente pararme, pero la risa me lo impidió y caí sobre el al piso. Dejamos de reír al notar la cercanía de ambos, su aliento chocaba con el mio. Era exactamente lo que había pasado en el invernadero, el tenia sus manos en mi cintura y yo tenia las mías en si pecho. Sus ojos brillaban mas en esa posición, tanto que me quería perder en ese dulce color miel.- Lo siento -susurre 

- N-no te pre-preocupes -dijo jadeante. Me levante y le extendí la mano para que se pusiera de pie- Gracias -me dijo, casi al instante entraron mis padres con una foto. 

Se la enseñaron a Remus y a mi. La foto tenia movimiento, en ella se miraba a una niña, no mas de dos años y a un niño que al parecer tenia entre once y doce años.

Estabamos en el patio tracero. Remus me tenia cargada en sus brazos, me hacia cosquillas y yo reía a carcajadas. Después me daba un dulce beso en la frente y acariciaba mi mejilla con su pulgar mientras me mecía.

- ¿Puedo quedarmela? -pregunto Remus a mis padres

- Claro que si... Nosotros tenemos más -le dijo mi madre

- Tal vez otro día pueda verlas, claro, si ustedes me invitan -dijo amablemente

- Siempre eres bienvenido Remus -le dijo mi padre- Cuando quieras, solo avisanos -ofrecio. Yo tambien las quiero ver.

Despues de eso, la cena siguio... Aun no entendía porque y como me conocio Remus de bebe, pero lo voy a averiguar. Espero preguntarle algun día.

Despues de cenar, Remus se ofrecio a llevarme a mi casa, así que no pude negarme, me dejo en la entrada de mi casa y se despidio de mi con un beso en la frente. Pensé que Eileen me esperaría con su lista de preguntas en mano, Pero no fue así. Ya estaba dormida. Por mi parte fuy a mi habitación, me cambie y me acoste. Estaba tan cansada que solo con poner la cabeza en la almohada quede profundamente dormida, soñando con aquel día de invierno en donde una bebe y un niño jugaban a las cosquillas....

Juntos hasta el final (Remus & Tonks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora