Capítulo dos: La primera noche
Nos sentamos a la mesa del comedor dispuestos a cenar. Es una mesa cuadrada de madera vieja. Mi padre y Rose se sientan uno al lado del otro, asi que no me queda más remedio que sentarme al lado de Caleb. Él sonríe cuando mi padre nos pone delante las hamburguesas, y se forma un silencio mortal que ni el mejor chiste ni el mejor tema de conversación podría remediar.
-Bueno...-dice lentamente mi padre, intentando entablar alguna conversación-...mañana os pondremos una habitación totalmemte nueva, así que tendréis que pasar todo el día fuera.
-Preferiblemente juntos-añade Rose. Ambos sonríen y se cogen la mano-. Así os conoceréis mejor.
Caleb me mira, y siento el calor de sus ojos verdes amarronados. Sonríe amablemente y deja a la vista sus blancos dientes.
-Me parece genial-dice casi a voces, y se pasa la mano por el pelo para peinarlo.
***
Me da miedo entrar en la habitación. Después de la cena, mi padre y Rose se fueron a la cocina a charlar mientras fregaban los platos y Caleb entró en mi habitación, mientras que yo me quedé en el salón. Estoy cansada y mañana hay instituto, así que poso decididamente la mano sobre el pomo, lo giro y entro.
-Hola-me dice un semidesduno Caleb desde la cama que se saca de la mía.
Está tumbado sobre la cama, pero no la ha abierto. Sólamente lleva unos boxers, y puedo ver su marcada tableta y sus musculosos brazos y piernas. Hago un gesto de vacileo y camino hacia mi cama, pero, en último momento, giro hacia el baño de mi habitación.
Me quito la ropa y me pongo el pijama. Bueno, en realidad me pongo unos pantalones de sport viejos y una camiseta que antiguamente era de mi padre-y que me queda enorme- y me calzo unas zapatillas. Salgo vacilante del baño recogiendo mi pelo en una simple cola de caballo, y me tumbo sobre la cama
-Espero que no te importe mi desdunez-dice de repente Caleb.
-Mientras no estes desnudo del todo...-digo, y se le escapa una pequeña risa.
Él está con el teléfono, supongo que contándole a todos sus amigos que se ha mudado y que su nueva "hermana" es rara, así que apago la luz y enciendo la lámpara que hay en la mesita que está junto a mi cama.
Alargo la mano y cojo el libro de la misma mesita, mientras con la otra mano saco mis gafas de mi bolso, que está en la estanteria de al lado.
Me pongo las gafas y comienzo a sumergirme en el mar de palabras escuchando de fondo de vez en cuado un pitido de teléfono, hasta que Caleb se da por aludido y lo silencia.
***
Ya me he cansado de leer, así que dejo el libro y las gafas en la mesita y me tapo sólamente con la sábana, ya que hace calor.
-Apaga la luz si quieres, yo también voy a dormir.
Así que apago la luz, me tumbo y cierro a los ojos.
***
Miro el reloj, son las cuatro y media de la mañana, y yo no puedo dormir. Lo he intentado todo, pero no hay manera.
Me levanto intentando no hacer ruido y me siento en el borde de la ventana, agarrándome las piernas y mirando hacia el exterior.
Miro a Caleb unos segundos. Está boca arriba, despatarrado en la cama, con un brazo colgando.
Vuelvo la mirada hacia fuera de nuevo, y en cuestión de segundos siento unos fuertes brazos rodeándome.
-¡Caleb!-exclamo volviéndome hacia él-.Me has asustado.
-Sé que no puedes dormir-sonrió-, puedes echarte conmigo si quieres.
Deja de rodearme y se tumba en su cama, dejando un hueco a su lado.
Dudosa, camino hacia la cama y me echo en ella lentamente. En el instante en el que me echo por completo, me abraza y cierra los ojos. Yo me acomodo, y cierro los ojos intentando dormir un tanto confusa, y me duermo enseguida.
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¡Hola! Segundo capitulo ya aquí. Espero que os guste. Recordad, ¡votar y comentar es gratis!
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La vida sin Rumbo
ChickLitAlexandra acaba de romper con su novio. Para ella, todos los chicos son unos cerdos asquerosos. Josh, el chico malo de la clase se fija en ella en su último año de instituto. Se conocen desde antes, pero ella siempre ha odiado ese tipo de chicos. An...