Prólogo

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Era viernes por la tarde, yo me encontraba en casa de unos de mis mejores amigos Antonio Ramón.
A él como yo, le gustaba star wars, pero no tanto como a mi claro, más tarde, llegó mi otro mejor amigo Pablo, nos conocíamos desde chicos, eramos inseparables, por fin decidimos salir a la calle, cuando íbamos por unas de las calles que estaban cerca de casa de Antonio, en uno de los callejones, vi una luz azul resplandeciente, era casi hipnótico, Pablo se percató de que estaba mirando algo, y sin pensárselo dos veces, me dijo.
-Amos' ya polla, seguro que es una rata.

Yo sin embargo decidí adentrarme en el callejón, me acerque a comprobar lo que era, vi lo que parecía ser un tubo con unas dimensiones muy similares a las de un sable láser, es más, estaba detallado como si de aquello se tratase, lo cogi y cuando estuvo en mi mano, entre en una especie de trance raro, una voz en mi cabeza pronuncio una frase.
-Tu eres el elegido para realizar esta peligrosa misión, reúne tu equipo y que la fuerza te acompañe.

Acto seguido salí de ese trance, recibí un calambrazo proveniente del sable, lo deje caer mirando hacia la pared, y se accionó en el instante del impacto, una imponente barra de luz de plasma salió del interior del tubo, atravesando como si de mantequilla se tratase una de las paredes, yo lo cogí de nuevo y cuando los sostuve en mis manos, entre en el trance otra vez, sentía un tremendo poder en mi cuerpo, lo siguiente que recuerdo es que desperté en la cama de Antonio, el sable láser estaba sobre la mesa.
Pablo dijo:
-Nene, cuando cogiste la espada parecías un ninja, te movías to' rápido y estaba muy pepino.

Después de eso Antonio comento:
-Creo que algo potente se puede venir.

Star Wars: A Jaén's HistoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora