I love you

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Donghyuck miró su puño cubierto de pétalos manchados con sangre, apretó la mano y se arrugaron en su palma mientras caía al suelo... Eso no podía ser verdad, era imposible. Acababa de vomitar flores.

Entonces recordó las palabras de Yuta...

*—Si no hablas, pronto el hanahaki se encargara de ti—*

Golpeó su cabeza contra la pared sin lograr lastimarse. Eso era malo. Muy malo.

¿Ahora que podía hacer?

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—Te lo dije —fue lo primero que Yuta reclamó al verlo escupir un puñado de pétalos de colores.

—No pensé que fuera verdad, creí que era un mito japonés —Donghyuck limpio sus manos mirando con terror las gotas de sangre que manchaban su piel. —Dijiste que solo ocurría cuando el amor no era correspondido o era unilateral.

El mayor cambio su rostro también mientras la preocupación lo abordaba al ver a su amigo volver a toser.

—En parte así es, mi abuela decía que el Hanahaki maldecía a aquellos que escondían su amor, has ocultado tanto lo que sientes que se volvió ajeno a la otra persona y no se puede corresponder o rechazar tus sentimientos.

El menor se apretó el pecho con dolor, síntoma que las raíces empezaban a crecer en sus pulmones. Quería llorar. Todo era su culpa.

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Lo conoció un año atrás. . .

Iba a esperar el autobús cuando lo vio por primera vez, su espalda era amplia como sus hombros, su cabello era rubio y su cuerpo delgado abrigado bajo una chaqueta grande por el frío invierno que había en esa época.

Cuando llegó a su parada pudo ver su rostro, fuertes rasgos de una mandíbula cincelada, nariz pequeña combinada con unos labios delgados y sus ojos grandes enmarcadas en dos cejas arqueadas.

Esperaron juntos el autobús pero Donghyuck no tuvo el valor de mirarlo ni hablarle pues no quería llegar a ser descubierto sin embargo algo se sembro en su corazón mientras pensaba...

*Es lindo*

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Compartían el mismo autobús hacia la universidad y jamás se atrevía a mirarlo más que unos breves segundos hasta que hablaron por primera vez en primavera.

—¿Puedo sentarme contigo? —levantó la mirada de su teléfono y su corazón se aceleró al verlo frente a él.

—C-Claro —se corrió hacia la ventanilla echando una mirada al bus, definitivamente había otros asientos libres.

—Me llamo Mark —le tendió una mano, llamando su atención —Creo que vamos a la misma universidad.

El moreno agarro su mano antes de que el chico se arrepintiera.

—Donghyuck —respondió y una pequeña sonrisa nació en sus labios —Y estoy seguro que tienes razón.

Otra sonrisa broto esta vez de los labios ajenos... Una flor broto también en el cálido corazón de Donghyuck al apreciarla.
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Llegó verano y él ya sabia lo enamorado que estaba.

Cada día hablaba con Mark en el bus y cada día una flor nacía en su pecho por los gestos tan dulces del mayor, su forma de hablar, sus sonrisas y los sutiles roces hacían crecer el jardín de su corazón donde guardaba los sentimientos que surgían por él.
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En otoño sus amigos le decían que lucia diferente y las burlas para conocer a la chica que ocultaba empezaron... Él no quería decir nada, nadie debía enterarse lo que su corazón anhelaba en verdad. Era imposible. Amaba un chico y estaba mal.

HANAHAKI (Markhyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora