Capítulo 1: Una luna sobre mi familia

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Capítulo 1

 

Era de noche. Estaba tumbado en mi cama, recordando la cantidad de exámenes que tenía esta semana, mientras que ligeros pensamientos sobre la espiritualidad humana pasaban sobre mi cabeza hasta que en una de estas mi computadora sonó con un sonido agudo y de larga duración. Me habían mandado un e-mail. Era mi madre. Me escribía esto desde el hotel donde se hospedaba para contarme lo que había hecho ese día y para que yo le respondiese que tal iba todo por aquí y que habíamos hecho hoy.

Mi madre estaba en un viaje de su trabajo y estaría fuera durante una semana dejándonos a mis dos hermanos mayores y a mi solos. Me hizo mucho ilusión su mail, quería mucho a mi madre, era la única que realmente escuchaba mis problemas y la única en quien podía confiar ciegamente de nuestra familia. También supongo que eso lo acompañaba de que ella era mi único modelo paterno, ya que mi padre murió de cáncer dos años atrás. Respondí dando mi toque alegre que tanto me caracterizaba y me dirigí a la ventana, fue en ese momento cuando sonreí por amor por primera vez en todo el día. Allí estaba ella, más hermosa que nunca, o eso siempre creía yo. Un halo redondo de luz blanca la iluminaba mientras que, poco a poco se iba volviendo un color plata puro. Se encontraba, como de costumbre, en medio del cielo, guiando a las estrellas. Yo acostumbraba a mirarla cada noche, su luz me hacía sentirme a gusto conmigo mismo, me hacía olvidar todos los problemas que acarreaban mi alrededor. Era extraño, no sentía nada al mirarla, pero ella seguramente podía verme el alma tras mis ojos.

 

Pasó media hora y cansado, decidí volverme a mi cama, ya eran las doce y media de la noche. Me quedé pensando en qué podría ser lo que me llamase la atención de ella. ¿Sería su plata luz? ¿Sería su perfecta forma esférica? ¿Sería su pálido rostro? Una cosa era cierta, mirarla me hacía sentir inseguro, me hacía sentir muy inferior y tenía miedo de que, por alguna razón, algo sucediese.

 

La función de amar puede ser el mayor mérito que se le puede dar a un ser humano, del amor nacen los demás sentimientos, ¿nunca os lo habíais planteado? La tristeza, por ejemplo, nace de una cosa amada ya perdida u olvidada, y un ejemplo simple para entenderlo es la nota de un examen. Si suspendes, la tristeza nace de haber perdido lo que amabas, en este caso el aprobado.  Todo pensamiento humano gira en torno al amor, claro depende de la perspectiva que se le quiera dar. Amar es sentir, si sientes es que estás vivo, si estás vivo es que tienes un alma, por eso yo no vivo…

 

                                                          ***

 

Tornaban ya las siete y media de la mañana cuando me desperté. Me levanté y dirigí medio dormido todavía al salón, donde allí me esperaría mi hermano mediano.

 

-¿Y Cristian?-pregunté.

 

-Ya se ha ido a la universidad, tenía prácticas y se tenía que ir antes. Buenos días a ti también ¿eh?-respondió en tono sarcástico.

 

-Buenos días- contesté y acto seguido me senté en la mesa a desayunar con mi hermano.

 

-¿Tú no tenías un examen hoy?-preguntó mi hermano-

 

-Si.-respondí algo antipático

 

-¿Qué tal lo llevas?

 

-Bien.

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⏰ Última actualización: Jun 02, 2014 ⏰

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