Mamá: yo también estoy perdiendo a papá.

11 1 0
                                    

Entiendo que te está tocando vivir una de las peores cosas del mundo. Ver perder el amor de tu vida lentamente es lo más doloroso que hay pero, por favor, no olvides todos esos años que disfrutaste de él, de su presencia, de su vida.

Vio crecerte a vos y a mis hermanos hasta el punto máximo que la madurez de un padre y esposo se acostumbra a ver. Los vio nacer, crecer, jugar, reír, estudiar, seguir creciendo, independizarse, tener familia propia... Luego de esto ya son pocas las cosas imaginables que uno puede llegar a hacer para asombrarlo aún más o llenarlo de un orgullo mucho mayor del que ya siente por ustedes. Ahora solo le queda ver cómo siguen caminando y van enfrentando la vida; ese camino lleno de curvas y obstáculos que él ya se imagina cómo va a ser, porque no solo ya lo vivió, sino también ya vio cómo ustedes aprendieron a caminarlo.

Envidio eso de vos y de mis hermanos (aunque lamentablemente no todos se dan cuenta de esto). Siento muy injusto que yo apenas esté terminando mi adolescencia. Pensar que voy a tenerlo menos de 1/4 de mi vida es devastador.

Para mí mismo es muy incierto mi futuro, y es más incierto que él pueda estar para ver el camino que decidí tomar, cómo lo tomé, y cómo logro convertir de ese camino el resto de mi vida.

Prepararse día a día para recibir a la muerte es mucho más difícil que sí simplemente te encontrara sin previo aviso. Son dolores que por más que creas que te estás preparando para soportarlos, en realidad, son dolores que cargas hasta el día que su invisible y abstracta presencia se hagan carne en nosotros. Pero son dolores que ciegan y nos hacen creer ya son parte de nuestra carne, e inevitablemente nos llevan a eso que lo bueno de la vida no quiere para nosotros: la muerte.

Si estamos vivos es para vivir, no para morir día a día pensando que vamos a morir. Eso no es vivir. No es disfrutar de eso para lo que fuimos creados: amar.

Si hoy estamos acá es por algo. Estamos acá hoy para amarnos y sobrevivir en el intento. No solamente para sobrevivir y olvidarnos que nos tenemos los unos a los otros aun acá.

Ya no puedo vivir pensando en lo que voy a hacer a partir de mañana, en un futuro cercano o lejano, porque eso obliga a preguntarme si va a estar él para apoyarme. Pero hoy lo veo al lado mío (no importa en qué condiciones), y decidí vivir junto a él cada momento del día hasta el último. A ser un especie de "guardián" como mi nombre se dice que significa en esos "diccionarios de nombres" que hay en internet. Estoy contento y orgulloso por esto.

En él se refleja lo que ve: lo que hacemos, decimos... y sentimos, no lo dudes. Y nosotros somos parte de la cura, tampoco lo olvides.

Seremos débiles pero bajar los brazos no es una opción.

Te Amo.

Mamá: yo también estoy perdiendo a papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora