Capítulo 2. "It's all fun and games"

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El piso de arriba disponía de tres habitaciones – la recámara principal, que era la más espaciosa al contar con una cama Queen size y su propio baño completo, y otro par de habitaciones con dos camas sencillas en cada una –, un balcón común al final del pasillo y otro baño completo. Namjoon les había pedido al resto que no armaran un escándalo mientras que la representante legal de la propiedad estuviera ahí. Por supuesto que aquello sólo pudo ser parcialmente cumplido, ya que fue inevitable que los Bangtan comenzaran a discutir entre ellos quién quería qué habitación, corriendo de un lado a otro para apreciar cada rincón de la planta superior.

Claire, tolerando con cierto humor el infantil comportamiento de los coreanos – más por obligación y una aparente urgencia de cederles la casa que otra cosa –, les mostró también la parte trasera de la propiedad. Fue entonces que los Bangtan quedaron anonadados, fascinándose aún más con la casa. En el patio trasero se encontraban las instalaciones de la alberca, de magnitud bastante aceptable y con el equipo de mantenimiento necesario. Tenía también sus propios camastros para disfrutar del sol a cada costado de la alberca, y una mesa de jardín con sombrilla.

Más al fondo, un pequeño cuarto de servicio donde se guardaban las herramientas de jardinería y demás productos de limpieza y mantenimiento de la casa. El área de lavandería había sido ubicada ahí mismo por cuestiones de 'practicidad' – tras desalojar el sótano –, contando con su propia lavadora y secadora de ropa, perfectamente funcionales – según aseguraba la pelirroja, claro. El acceso al patio trasero se limitaba a la reluciente puerta corrediza de cristal, que se ubicaba al final del pasillo que conectaba el medio baño y las escaleras.


Dejando a los otros Bangtan que apreciaran el exterior de la casa, observando fascinados la piscina y comentando planes entre ellos para divertirse juntos en ella, Namjoon y Jin siguieron a Claire al interior de la casa para recibir las indicaciones necesarias sobre el mantenimiento de la propiedad y demás. Los otros cinco chicos, igual que unos niños, se correteaban, jugueteaban y reían contentos, explorando todo a su alrededor.    


        — ¡Wow, miren esto, chicos! – exclamó Tae, que se había puesto a recorrer la línea de arbustos podados que bordeaba la barda de la propiedad. Flores vistosas y en apariencia exóticas para ellos adornaban el cerco, parecían sembradas y bien abonadas desde hacía años. Se detuvo precisamente frente a un peculiar rosal que llamó su atención. – ¡Están increíbles!

        — ¿Qué son? ¡¿Serpientes?! – interrogó Hoseok, deteniendo automáticamente sus jugueteos con Jiminie para girarse hacia el cantante, alarmado.

        — Nada de eso, ¡vengan a ver! – animó el otro a su vez.

Picados por la curiosidad, sus compañeros se acercaron a donde se encontraba su excéntrico amigo, ansiosos de averiguar de qué se trataba.

        — Son rosas. – señaló Suga, apenas sorprendido.

        — ¡Son negras! – intervino Jimin a su lado, asomándose por encima del hombro de Jungkook para verlas.

        — ¿Son reales? – cuestionó el Golden maknae.

        — Eso parece. – asintió Tae, aparentemente entusiasmado con su descubrimiento, acuclillado a un lado de la extraña planta. Estiró una mano para acariciar las hojas; se sentía bastante natural, como cualquier otro rosal, de no ser por la inusual coloración de su flor. – Son naturales, están plantadas en varias partes de la casa, ¡miren! – indicó con su índice a sus alrededores.

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2018 ⏰

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