Sé que hace un tiempo que no publico nada de nada, quería darles mis disculpas y también explicarme.
Sinceramente, no creerán lo que me pasó. Cada una de mis palabras serán verdad.
Estaba yo, de viaje, cuando me toca regresar a mi casa. Para regresar, tenía que estar doce horas en un avión, hacer escala en otro aeropuerto, luego subirme a otro avión y el viaje en este duraría tres horas. En total serían unas quince horas dentro de un avión, y unas cinco en los aeropuertos (para hacer el check in, el embarque, etc).
Lo que sucedió entonces, fue que nos subimos al primer avión y todo estaba súper tranquilo, súper normal. Pero nos informan que hubo un imprevisto y una computadora estaba dañada. Dos horas más tarde, el avión despega. Todo lindo, todo bien. No dormí muy cómoda porque mi hermano me clavó su codo toda la maldita noche.
Al llegar al aeropuerto, ¿recuerdan que les conté que debía tomar otro avión? Pues yo llegué al aeropuerto a las 7:26 y el avión había despegado a las 7:25.
Fuímos a ver cuando era el próximo vuelo, pero no había ni uno. Nos atendieron dos horas más tarde, y nos comentaron que el próximo avión hacia mi ciudad saldría a las 10.
-Bueno, pero...¿Hasta las diez de la mañana?- preguntó mi mamá.
-Nono, hasta las diez de la noche de mañana.- le respondió el que trabajaba ahí.
-¿Y qué voy a hacer? Estoy con dos nenes, no tengo casi más plata.
-Tranquila, nosotros te pagamos un hotel y la comida. Hay una madre que está en la misma situación que usted.
Y ni bien lo dijo, apareció una mujer con una nena de trece años y un varón de quince. Entre mi mamá y el chico que trabajaba, le explicaron todo. No nos quedó otra que ir al hotel y pasar las siguientes 42 horas allí encerrados sin poder salir. Por estar "en tránsito".
Con los chicos nos hicimos súper amigos, corríamos por los pasillos y nos inventábamos juegos.
Lo peor de todo era que no nos podían entregar las valijas, por lo tanto tuvimos que seguir usando la misma ropa por tres días.
Llegó por fin el día en que tuvimos que embarcar a las nueve y veinte de la noche el otro avión, que por fin nos llevaría a casa. Nos subimos y a las diez (cuando debía despegar) dijeron por el alta voz que había un problema con el avión y que debíamos esperar. Ya parecía una broma de mal gusto, con mi hermano nos preguntábamos dónde estaba la cámara oculta.
Una hora y media más tarde, nos hacen bajar a todos del avión, para abordar otro que no tenía ningún problema. A todo esto, ya eran las doce de la noche, y mi madre al día siguiente debía ir a trabajar a las seis y media.
El avión despegó, por fin nos estábamos yendo. Y, cuando llevábamos unos treinta minutos de viaje, decidí que iba a dormir un rato. Además, debía aprovechar que habían apagado todas las luces del avión.
Y entonces, a el hombre que se sentaba detrás mío se le ocurrió comenzar a leer, y prendió su maldita luz.
Estaba a punto de decirle que se fuera a un lugar que no te gustaría visitar, cuando empezó a pasar el carrito de la comida. Me preguntaron que quería, si una magdalena o un sandwich. Elegí la magdalena. ¿Pero adivinen qué? No quedaban más. Así que me comí el sandwich.
Luego me dió ganas de ir al baño, y no bien entré a él, comenzó la turbulencia. Y yo pensaba que mi suerte no podía empeorar, que equivocada estaba.
Llegamos a mi ciudad, yo saltando de alegría aunque fueran las tres de la mañana y no hubiera dormido nada de nada. Uy me salió versito. Bueno, comenzaron a pasar las valijas por esas cintas que se mueven, no sé como explicarlo. Cuando ya habíamos tomado tres de nuestras cuatro valijas, el hombre avisa que no queda ninguna más.
Mi madre, que se dió cuenta que esa noche no iba a dormir e iría al trabajo peor que los zombies de The Walking Dead, comenzó a llorar. Con mi hermano la intentábamos calmar (en realidad él la intentaba calmar y yo exigía que encontraran la valija faltante con palabras no muy educadas). Pero entonces mi madre se secó las lágrimas, se paró y les dijo, esta vez sí demasiado educada, que encontraran la valija de inmediato y que no habían sido noches fáciles para nosotros, y se fue hacia la salida. Fue nuestra heroína, pues todos se quedaron con la boca abierta de lo calmada que había dicho todo, aunque todos sabíamos que no estaba calmada.
Allá fuera nuestros amigos del aeropuerto nos estaban esperando para que hiciéramos la denuncia por todo lo que nos había pasado.
Al día siguiente nos devolvieron la valija (lo que había pasado es que una señora se habían equivocado y se había llevado la nuestra creyendo que era suya), mi madre trabajó y le fue muy bien y yo me junté con amigxs, y digamos que la aventura en el aeropuerto fue la mejor anécdota de todo el viaje.
En un primer momento, pensé en escribir una historia de todo lo que nos había pasado en wattpad, pero la gente no creería nada. La gente no puede tener tanta mala suerte, dirían.
Y qué les puedo decir, ya no tengo más fobia a los aviones, ahora le tengo fobia a los aeropuertos.
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Locuras Mestizas
AcakBienvenidos Mestizos!! Aquí todo acerca de Percy, los semidioses, sus padres, el campamento Mestizo y el campamento Jupiter. Curiosidades, chistes, frases, imágenes, fondos y todo lo que necesitas saber sobre los personajes! Aviso: Contiene demasiad...