gas del sueño ー kyunyu。

#002

Llevaba un mes entero con esa maravillosa familia, y a pesar de que no era todo perfecto, era mucho mejor que seguir en la clínica, encerrado y sin compañía.

Chanhee al haber inhalado el gas, tuvo sólo 4 consecuencias de las 8 que obtuvieron sus Padres.

（1. Perdida del sueño
2. Pesadillas
3. Perdida de memoria
4. Ansiedad.）

Por lo que, fue el que salió mejor del desastre, pero aún así, era triste no poder recordar a ninguno de sus amigos, compañeros, u otros familiares.

Al menos ahora era feliz, o eso creía.

Después del mes, comenzó a tener pesadillas como los últimos días en los que estuvo en la clínica.

Aquellas pesadillas consistían en las personas que murieron, culpa del gas.

Soñaba con caníbales.
Soñaba con sus padres siendo asesinados.
Soñaba con su Abuelo suicidándose.
Soñaba con él mismo siendo encerrado en una habitación llena del gas; terminaba rasguñando su piel hasta comerla.

¿Por qué le había tocado a él? Pensaba que cada día la pesadilla sería peor aún.

Pero no dormía solo, compartía habitación con Changmin.
"C-Changmin, despierta por favor."
Comenzó a sollozar en silencio por lo reales que eran sus pesadillas y lo muy aterrado que estaba.

Un soñoliento Changmin no entendía la situación hasta que prendió una lámpara y vio las mejillas de Chanhee empapadas en lágrimas.

"¿Qué pasó Chanhee?"
El mayor sólo se dejó caer encima de Changmin, sollozando silenciosamente mientras lo abrazaba.

"Tengo p-pesadillas" Susurró en respuesta.

Changmin entendió lo que debió haber soñado, pues él y sus Padres sabían de dónde venía Chanhee y por qué tenían que acogerlo, de otra manera no hubieran aceptado el tener que cuidarlo tanto tiempo.
Acarició el cabello de Chanhee hasta que este se durmió plácidamente en sus brazos.

Changmin era un chico de 16 años al igual que el otro, la diferencia de edad era de unos meses, así que Chanhee terminaba siendo el mayor.

Changmin era lindo, tierno, alegre, positivo y sonreía siempre que se le daba la oportunidad.

Chanhee era horriblemente afortunado de tenerlo a su lado.
No era como un hermano,
ni como un amigo,
pero era toda su felicidad.