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Capítulo 8. El día esperado.

¿Realmente Helen tenía buenas intenciones? Ni el mismo sabía la respuesta, esperaría el momento para actuar, haría lo que se le diera la gana en aquel momento. Esta vez no haría planes, sólo actuaría.

Aunque la última vez que no planeó lo que haría dieron testimonios de haberlo visto, pero ese no fue un problema para él a largo plazo, ya que muchos creyeron que la chica lo había inventado o que había visto demasiadas películas de terror. Además, tenía antecedentes de haber estado internada por drogas y aunque estuviese rehabilitada, no fue muy convincente una acusación viniendo de su parte. Añadiendo el hecho de que convenció a Leah de no hablar, pudo zafarse de aquel tema fácilmente.

Lo que hacen las idiotas enamoradas, pensó. 

Tenía dos alternativas, ambas con el mismo final para él. Pero dependía de la decisión que tomara el final que tendría Leah, aunque a estas alturas no le importaba, claramente si tuviese que elegir el bienestar de él o de Leah, escogería su bien propio. Después de todo, ¿qué es una persona menos en el mundo?

Su mano fluía en su dibujo mientras los minutos pasaban, se encontraba tranquilo. No se sentía nervioso ni mucho menos ansioso y eso le hacía sentir bien.

Por el contrario, Leah buscaba de forma desesperada algo que usar, sus nervios estaban a tope y le costó que le dieran permiso para salir ya que en su casa nadie conocía a Helen más que ella, y su padre se extrañó a que la hubiese citado tan tarde, pero Anna, una vez más la salvó diciendo que era cosa de los jóvenes de hoy.

—Leah come algo antes de salir —dijo Anna asomándose por la puerta.

—Voy enseguida, terminaré de vestirme —respondió Leah mientras se miraba en el espejo.

Anna se retiró sin más que decir y luego de darse un par de vueltas más, Leah ya estaba lista. Sólo esperaría a que el sol comenzara a ocultarse.

~*~

El sol comenzaba a descender, Leah caminaba por la calle dándose cuenta de que las familias volvían de sus paseos y el tráfico comenzaba a ser más pesado porque algunos terminaban su jornada laboral.

Subió al transporte y esta vez le tocó irse de pie, pero eso no era lo que le preocupaba, el verdadero problema era lo que podía ocurrir en aquel lugar. Quería ser positiva, pero algo dentro de ella decía que no se emocionara tanto.

Bajó en el lugar correspondiente y notó como casi nadie se encontraba allí, mucho menos en las bancas más alejadas que era dónde iba a encontrarse con Helen, supuestamente. Le pareció que el parque lucía más sombrío a estas horas, casi desierto como si algo malo fuese a pasar con poner un pie ahí.

Se sentó a esperar a Helen, el cual no tenía apuros en llegar. Mientras más tarde, mejor para él.

Leah sentía mariposas al ver a alguien acercarse, pero hasta el momento ninguno ha sido aquel que ella espera. El miedo de que la dejara plantada crecía cada vez más y a estas alturas el parque estaba completamente vacío.

Se preguntaba a sí misma si debía esperar un poco más o tomar el poco de dignidad que le quedaría después de haber sido plantada y marcharse. Se sentía avergonzada, era obvio que él no gustaba de ella, si la mayor parte el tiempo era muy cortante y ella creía que actuaba así por algo más. Nunca se había sentido tan estúpida.

Pero todos esos pensamientos pararon cuando notó una silueta masculina acercarse, esta vez estaba segura de que era él y estaba preparada para escucharlo decir que se le había hecho tarde y "disculparse" de alguna forma.

La rubia acomodo su cabello como si no le hubiera visto acercarse y se preparó para lo que venía, alzó la mirada quedando perpleja, un escalofrío recorrió su espalda y se apegó más a la banca en un mísero intento de alejarse.

Curious《Bloody Painter》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora