XIX

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Al día siguiente, regresaste muy diferente.

Te ví apesadumbrada, incómoda, cómo si hubiera algo que te molestara. Te pregunté varias veces si había hecho algo malo, si te había incomodado de algún modo. Tu me repetías que no, que no era nada malo que hubiera hecho yo. No hubo lección, simplemente palticamos, hablamos de nosotros.

Antes de irte, me dijiste porqué te veía tan mal, te disculpaste por haberme preocupado. Joder, no tenías porqué disculparte, yo no soy digno de las disculpas que diste.

Me explicaste que tu padre te había castigado, que te habías escapado de tu castillo con ayuda de River para contarme esto, que no nos veríamos en un tiempo.

Lo acepté, aún con dolor en mi pecho lo acepté. No quería meterte en problemas Moon.


Por tí, Moon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora