No fue el mejor día, no pasó algo en particular para que sea malo, pero solo con recuerdos de lo que algún día fue, hacen a mi autoestima caer una vez más, deprimiéndome y sin tener consuelo alguno, tengo amigos, pero con el tiempo aprendí que no sé puede confiar en cualquier perdona, lamentablemente lo aprendí de forma tan drástica que ocasionó un trauma en mi mente, sé en quienes puedo confiar, pero desde la última traición vivida, el saber acerca de la confidelidad de alguien no me es suficiente, podrán decirme paranoica pero prefiero guardarme lo que pienso o lo que me sucede y lo sé, no está bueno guardarlo todo porque tarde o temprano terminas explotando y es cierto porque ya he explotado antes por haberme guardado mis pensamientos, pero como dije ya tengo a quien contarle, tengo amigos con quienes reír pero amigos en quien confiar para llorar, si me lo pongo a pensar creo que soy una simple máscara frente a los demás. En fin, estando en mi casa recordando aquellas épocas cuando sabía descargarme de mis emociones, entristecí sabiendo que ya no podía usar ese medio por lo que lloraba en mi cuarto cada noche que podía para no explotar en llanto incontrolable en algún lugar inapropiado, es decir, un lugar público, extraño los momentos donde podía confiar y descargarme en los demás, sin embargo, todos aquellos en los que algún día confié ya no están, todos se alejaron, se fueron, algunos parecen ser extraños, gente que conoce de mi existencia por ser parte de la misma escuela secundaria, otros que a pesar de haber arreglado lo ocurrido nunca volvió a la amistad que era en su momento, otro mirando con odio, rencor, veneno en su sola mirada, este último siendo el causante de mi falta de confianza hacia los demas pero eso lo tendré que explicar en otro capítulo, por ahora solo me queda encerrarme en mi habitación llorando debido a que hoy en día ése es mi único medio de descargue emocional que tengo para no explotar como ya lo he hecho antes, realmente fue una vergüenza llorar de aqulla forma frente a todos en mi escuela, pero nada podía hacer, por más que lo intentara mis lágrimas no cesaban y no me gustaría pasar por esa situación otra vez, por lo que noe queda más que llorar, aquí, sin más, en mi habitación, abrazando una almohada pensando que es alguien querido, sentada sobre mi ventana, controlando mi peso para no caer ya que mi idea no es morir aquí, sino ver más de cerca a mi gran amiga, mi gran acompañante, la bella luna que aunque en la noche de hoy no llega a ser luna llena sigue siendo igual de hermosa, con su luz blanca brillando de sí misma, destancando sobre un cielo tan negro en el que solo se ven un par de tímidas estrellas, a pesar de ver pasar algunas nubes blacas no son capaces de taparla, ella es capás de brillar más que cualquiera, ella es mi amiga, ella ha estado todas las noches para mí, desde lo alto en el cielo, desde lo lejos en el espacio pero ahí está, viéndome llorar cada noche dándome un consuelo que nadie más me dará porque no quiero preocupar a nadie más con mis pequeños problemas a media noche, con su resplandeciente luz ella me cuida, me siento mucho mejor mirándola desde la ventana de mi habitación sientiendo su cuidado hacia mi persona.
Lamentablemente la noche no es eterna y al llegar la hora el cielo comenzó a esclarecer mientras la luna se iba escondiendo y yo la despedía hasta nuestro próximo encuentro la noche siguiente.
-Adios amiga.
A.S.
