Al fin llegó el día, llegó el momento... Eran las 8 de la mañana y yo, _____ Bradley, ya estaba preparada para volver a Madrid después de tanto tiempo sin ver a mi madre, Sara. Una mujer noble, con un gran corazón; morena de ojos marrones. Nada que ver conmigo. Yo más bien era un doble de mi padre, con el cual estaba viviendo hasta el momento de marcharme a mi nuevo y antiguo hogar. Mi padre, David Bradley, era un conocido abogado de Londres, de donde es proveniente nuestro apellido, bastante alto, rubio y de ojos azules, igual que yo, solo que mis ojos eran más bien como los de mi madre, marrones pero tirando a verdes. Mis padres se separaron cuando yo tan solo tenía 12 años y mi padre se quedo con mi custodia, por lo que solo podía ver a mi familia de Madrid en verano. Pero al fin era libre, volvia a casa, con mamá y con Lucy, mi hermanastra de 9 añitos. Mi madre volvió a casarse años después de que mi padre y ella se separaron trayendo así con él mi padrasto un regalito, una nueva hermana para mí, la cual solo he visto una vez en mi vida y que espero que me acepte al menos como una amiga porque será algo extraño para una niña de tan poca edad que una persona prácticamente desconocida para ti se presente en tu casa diciendo que es tu hermana, con que con que me acepte me conformo.
Mi avión salía a las 12 de la mañana pero no logré conciliar el sueño devido a los nervios de volver a encontrarme con mi madre y no volver a separarme de su lado, por lo que yo a las 7:30 ya estaba en pie repasando la maleta por si se me olvidaba algo. Y menos mal que lo hice, se me olvidaba lo más valioso para mí de toda la casa. Una foto, pero no una foto cualquiera, una imagen que significaba muchísimo para mí; en esta salían mis mejores amigos y Paul, el chico del que estaba y estoy enamorada, y yo celebrando mi 19 cumpleaños. Recuerdo perfectamente aquel día:
FLASHBACK
El primer rayo de luz entró por la ventana y yo, feliz, me levante lo más rápidamente posible pensando en que hoy era uno de los mejores días de mi vida, mi 19 cumpleaños. Estaba algo nerviosa ya que Paul, el chico del que estaba locamente enamorada, iba a estar allí, en la fiesta que mis amigos, unas delicias de personas, harían para celebrar queya me hago vieja. No sabía qué ponerme para la ocasión y después de unos interminables 10 minutos pensando opté por algo comodo: unos shorts vaqueros, una camiseta gris en la que en letras negras ponía "belair high 33" y mis mustang favoritas del mismo color que estas. Debajo me puse un bikini blanco con la bandera de Estados Unidos, del cual me enamoré nada más verlo y que iba a estrenar ese día, ya que Mark y Blanca, mis mejores amigos, alquilaron un enorme chalét con piscina y barbacoa. Si es que no les puedo querer más <3. Pasaríamos allí todo el día e incluso toda la noche por lo que decidí cogerme ropa de cambio por si acaso a alguno de mis queridísimos amigos se le ocurriera la magnifica idea de tirarme a la piscina, se les quiere, pero pueden llegar a ser unos capullos. Después de esto entré al baño a maquillarme, no mucho, por el simple echo de que en la piscina se me quitaría y, además, quería ir natural. Delinée mis ojos que, en ese momento, se veían totalmente verdes, un poco de rimel transparente y lista! Cogí mis llaves, mi móvil, el cargador de este y lo meti todo en una mochilita de cuero junto con mi ropa y esperé a que llegase Mark a buscarme.