ayer estaba mirando la tele y pusieron las noticias
crónica a la una y cinco con el volumen en sesenta y tres
un número horrible
un número impar
jamás vi la gracia de ver cómo le metieron un palo de la concha hasta el corazón mientras como un pollo al horno
pero no era mi casa
no era mi techo
no era mi silla
el asiento estaba duro, la gomaespuma era una porquería
estaba jugando con un hilito del pantalón mientras esperaba a que todos llegaran
no me acuerdo de qué estaban hablando, ni de las noticias que presentaron
me acuerdo de uno solo
me lo acuerdo de memoria
porque me dio asco
repulsión, el pollo ya no era comida
comida comida comida
¿qué es tener hambre?
yo ya no lo tengo
–abuelito sátiro engañó y abusó de joven misionera–
los presentadores se reían (hay que reírnos todos)
mi mamá se río
abuelito piola le decían al viejo
era piola porque con 81 años dejó un trauma horrible a una joven
abuelito piola, mi abuelo se rió, seguro se rió porque él es igual, porque él me hizo lo mismo.
no tenía ganas de reir.
qué graciosos son los presentadores.