Día 1.

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Querido diario:

He decidido comenzar a escribir esto, porque sé que probablemente no cumpla todas mis metas y quiero que este mundo se quede algo mío cuándo me vaya.

Supongo que nunca sabes cuándo te va a tocar, estaba en clase, hablando con ese chico moreno, con los ojos color miel, no podía recordar su nombre en ese momento, cuándo, me mareé por tercera vez en una semana, probablemente por eso no recordaba su nombre, no recordaba ni si quiera el mío. Sentí que se me iba la visión, y, terminé en una ambulancia, con este chico a mi lado, después de varias horas de pruebas, me mandaron a casa, me llamarían con los resultados en unas semanas.

Tras 20 días de sufrimiento, me llamaron, estaba en casa, estudiando historia cuándo me comunicaron que tenía leucemia, bastante avanzada, mi familia, se puso a lamentarse y a llorar. Sean, el chico de los ojos color miel que estaba en casa, ayudandome a estudiar en ese momento, me miró con lástima y apretó mi mano. Yo simplemente no podía llorar. Si me iba a morir, me iría sonriendo, ¿no?

Me dijeron que iban a intentar retrasar la quimioterapia lo máximo posible. Llevaría una vida lo más normal que mi enfermedad me permitiera, hasta que no aguantara más, que iría al hospital, a que me alargaran la vida un poco más, me curaran, o, el caso más probable, muriera.

Después de la llamada, decidí que quería comprar este diario y Sean me acompañó, no se alejó de mi en todo el rato. Pero, ya no me miraba triste. Me miraba sonriendo. 

- ¿Por qué tú no estás triste?- Le pregunté al fin.

- Porque sé que vas a vivir cada día como si fuera el último, porque podría serlo. Y pienso vivir esos días contigo. Y eso me hace feliz..

Simplemente no contesté, me limité a pagar y salir de allí. Conocía a Sean desde hace mucho tiempo, realmente era muy atractivo, pero en esos momentos no podía pensar en una relación.

Aunque quisiera vivir mis días al límite, no quería enamorarme, no soportaría que sufriera alguien más que mi familia por culpa de mi enfermedad.

Seguimos andando por la calle cuando el me miró.

-Siempre he querido saber una cosa.- Me dijo aún mirándome.- ¿Qué significa tu nombre?

Suspire aliviada.

- Emer era el nombre de la esposa Cuchulainn, del guerrero que fue considerado héroe en la mitología irlandesa.- Expliqué con rapidez.

- Estarás encantada. Siempre te ha encantado Irlanda.- Me dijo con media sonrisa.

- Algún día ir...- Me callé. Ya no podría ir a vivir allí.

Sean notó mi mirada y me apretó un brazo.

- ¿Sabes que mi nombre también es Irlandés?- Me informó, cambiando de tema.

- ¿Sí? ¿Y qué significa?

- Es como Juan en español, significa "Dios misericordioso"

- Definitivamente mi nombre mola más.- Dije riendome.

Él me sonrió. Andamos un buen rato y hablamos de muchas cosas. Fue un tiempo genial.

Creo que debo irme ya, es tarde y estoy muy cansada.

Con amor, siempre tuya:

                                             Emer.

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